Tuxtla Gutiérrez.- La lucha de los pueblos indígenas es por la libre autodeterminación, sin embargo al Estado mexicano le da miedo hablar del tema, cuando en el fondo lo que trata es acceso pleno a la justicia social, expuso el antropólogo Nicolás Huet Bautista, Jefe del Departamento de Promoción y Gestión Cultural del Centro Estatal de Lengua Arte y Literatura Indígena.
Explicó que desde 1996 en los acuerdos de San Andrés Larráinzar entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), tras el alzamiento de 1994, fue como una pauta para no querer entender que es la autonomía de los pueblos originarios, desde ese momento quedó clara al mundo la falta de voluntad para hacer justicia a los indígenas.
Subrayó en entrevista que al no haber voluntad política para respetar la autonomía de los pueblos y comunidades indígenas, su manera de pensar y de vivir, de organizarse, de desarrollarse, de ser sujetos de su propio destino, se obstruye su participar en la vida plural y diversa.
Huet Bautista originario de Huixtán, sostiene que cada vez es más difícil el caminar de los pueblos y comunidades indígenas, puesto que se le sigue separando de las políticas públicas y de las leyes, nosotros solo queremos vivir en la diversidad pero sujetos de derecho, ser forjadores de nuestra propia historia, no que nos impongan.
A su juicio, el gobierno de México, de cada estado del país y de Chiapas en particular, deben ocuparse de la atención de los grandes rezagos y comenzar los por los pueblos originarios, en el estado, dijo, somos un millón 300 mil indígenas de 12 grupos lingüísticos, que deben estar en mejores condiciones en todo, principalmente en educación, salud y comunicaciones.
Existen cientos de comunidades muy lejanas de las cabeceras municipales, de la capital del estado, que se enfrentan a la muerte no necesariamente por la gravedad de la enfermedad, sino por la lejanía para llegar a un servicio médico, falta reconocer que somos sujetos de derechos y de desarrollo, cada pueblo tiene su contexto geográfico, histórico, cultural y económico.
Falta aterrizar muchas leyes, como la Ley de Derechos Lingüísticos, ni en las instituciones, ni en la educación, ni en las prácticas de las comunidades, por ello, en esa libre autodeterminación, debe permitirse a los pueblos indígenas elegir a sus autoridades como ellos lo planteen.
Ejemplo de ello es el caso de Oxchuc que hizo a un lado los partidos políticos y nombró cabildo por usos y costumbres, y están en ese mismo camino los municipios de Chilón y Sitalá, y –puntualizó- si hubiera peticiones en ese sentido de muchos más municipios, nadie se los puede impedir, es otra mirada de hacer política.