Tapachula, Chiapas.- Gisela hace leña de un tronco de árbol que consiguió alrededor de la Estación Migratoria Siglo XXI. Apenas mastica el español, pero entre su nativo portugués se antepone una frase que se ha convertido en el estandarte de cientos de africanos: queremos libertad, Migración es mafia”.
La mujer de 43 años ya no tiene clara la cuenta de cuánto tiempo lleva en el sur de México, pero seguro que son varios. En todo ese tiempo, que calcula son tres meses, las autoridades mexicanas no le han dicho cuál será la resolución a su petición de salida desde este punto del país hacia la frontera norte. Día a día las ilusiones se agotan, se vuelven ceniza como la leña que utiliza para cocer un poco de agua con una bolsa de harina y poder sobrevivir.
Sólo en un periodo de 15 días, los africanos se han enfrentado a golpes con elementos de la Policía Federal y Guardia Nacional, que desde iniciado septiembre han reforzado la seguridad en el complejo federal, que, por cierto, acaba de tener una rehabilitación y a unos cuanto días de eso, sus paredes pintadas de rosa han sido pintarrajeadas por los mismos inconformes que exigen los permisos de salida.
Junto a ventanales y figuras que informan se ha llegado a la puerta de un edificio del gobierno mexicano, ahora se leen pintas que rezan “INM mafia”, “Libera los migrantes” y otras que no se logran entender por la prontitud en que el altercado se dio.
Y mientras la Estación Migratoria Siglo XXI es sólo un fragmento de esta bomba que de forma intermitente detona y anuncia una posible y venidera gran explosión, en otros puntos de la frontera sur la pólvora se esparce y también amenaza con explotar.
La noche del pasado jueves, un fuerte despliegue de policías militares y elementos del INM sitió el centro de Tapachula para “levantar” a africanos, haitianos, centroamericanos e hindúes que caminaban sin papeles. Al menos una decena fue trasladada al centro de detención migratorio más grande de México y, dicen, de Latinoamérica.
La situación, esa dinamita ardiendo, podría convertirse en las próximas horas en una bomba atómica.
Luis Villagrán, del Centro de Dignificación Humana A.C., expuso que más de 800 africanos se ampararon en fechas pasadas, para obtener la liberta de transitar pro México.
El plazo para los jueces de distrito1,2, y 3 se termina el próximo lunes 9 de septiembre. En caso que el resolutivo salga en contra de los extra continentales, las protestas y demandas podrían radicalizarse y ese ambiente ya se respira.
Mientras, agentes migratorios, custodiados por un centenar de militares, levantan (por segunda ocasión) unas carpas que servirán como oficinas provisionales en uno de los estacionamientos del Siglo XXI, en espera que esta vez perdure aun más tiempo y no sea destruido.