En el marco de la fiesta liturgia de los santos inocentes mártires, la Dimensión Vida de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, realiza una jornada para oración por los niños no nacidos, abortados, por sus sus mamás, y por los que están en riesgo de ser abortados, comunica el Director Diocesano de la Pastoral de la Comunicación de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, Gilberto Hernández García.
El día de los Santos Inocentes es la conmemoración de un episodio del cristianismo, la matanza de los niños menores de dos años nacidos en Belén de Judea, ordenada por el rey Herodes, con el fin de matar al niño Jesús de Nazaret.
En la Catedral Metropolitana de San Marcos, el presbítero Nicolás Ruiz Hernández, expuso que el ser humano debe ser de buenas intenciones, no hacer cosas que no están de acuerdo con la voluntad de Dios, se trata de actuar como José, defender la vida, salvar la vida, hay que salvar la vida, custodiar la vida, hay que salvar la vida inocente.
El llamado y la invitación es a salvaguardar la vida desde la concepción, eso es muy importante, el que ha sido concebido no es un objeto, es una persona y tiene derechos, el derecho a la vida, defenderla hasta su término natural, hasta el fin de su historia, la inocencia viene en ese sentido, el que ha sido concebido no conoce la maldad, y los adultos no debe emos conocer la maldad, añadió el vicario.
"Si mi mamá me hubiera abortado, no estuviera yo aquí, pero gracias a Dios me dio la oportunidad del derecho a la vida, por eso estamos aquí, ustedes están aquí, si sus mamás los hubiera abortado no estuvieran aquí, la concepción no se trata de un producto, es una persona, no se trata de destruir el producto, porque no lo es, es una persona, la vida hay que custodiar, desde el nacimiento hay que cuidarla para que viva y desarrolle su potencial", insistió.
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"No es una materia, no es un producto, es una persona, es un ser, tiene vida, tiene un ciclo vital, es un ser, tiene vida, hay que cuidar en todo momento, tenemos que estar siempre a favor de la vida", reiteró.
La Iglesia Católica ratifica su compromiso por la vida, desde la concepción hasta su término natural, "Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. Pero si vivimos en la luz, como él vive en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado".
Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos purificará de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, hacemos pasar a Dios por mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra.
Nuestra ayuda nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. En aquel momento, José puso a salvo al recién nacido, huyó a Egipto con el niño y su madre.
La Arquidiócesis de Tuxtla pública el llamado urgente del Papá Francisco a los jóvenes a valorar el tesoro de la juventud, al servicio de los demás; invita a descubrir la juventud de la Iglesia que viene de Jesucristo y alude a la figura de María como la muchacha de Nazaret en la que los jóvenes encuentran un modelo para vivir en santidad y en la práctica de la voluntad de Dios.
Para la juventud de nuestro tiempo, las palabras “Dios”, “religión”, “Iglesia” parecen huecas, vacías, pero no todo está perdido, porque al presentar de manera atractiva la figura de Jesús, el joven se conmueve y se sensibiliza para renovar la manera de presentar la figura de Jesús, tomando muy en cuenta la visión de los jóvenes, escuchar a la juventud con toda su diversidad.