Tuxtla Gutiérrez - La colonización paulatina en Tuxtla Gutiérrez ocasionó la ocupación de tierras con vocación forestal en los últimos 38 años. Son 69 asentamientos humanos con unas 50 mil personas que ocupan unas 2 mil 910.70 hectáreas, superficie que corresponde a 30 mil 469 lotes, de acuerdo con la medición que realiza la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conap), a través de la Oficina Regional Frontera Sur, Istmo y Pacífico Sur, con sede en la capital chiapaneca.
Vecinas a estas colonias irregulares de Tuxtla Gutiérrez se encuentran otras 22 colonias del municipio de Chiapa de Corzo. Los 91 asentamientos conviven entre sus límites en un cambio drástico del uso del suelo, que ha extinguido la fauna nativa.
Son tierras irregulares, son cerros que se ubican en el norte, desde la Escuela Normal de Licenciatura de Trabajo Social, sobre la franja colindante con el Parque Nacional Cañón del Estado, hasta colindar entre Tuxtla Gutiérrez y San Fernando.
El sitio presenta degradación de suelos, nula o poca recarga de los mantos acuíferos, migración de fauna y sustitución de especies vegetales nativas, la migración del campo y de diversos municipios a la capital de Chiapas ha logrado el crecimiento poblacional y la falta de oportunidades para vivir hizo que creciera la demanda de lotes o tierras para vivir y construir casas, donde aunque si bien poseen tierras, éstas no están regularizadas.
Una de las colonias irregulares es la Satélite que colinda al norte de la Central de Abastos de Tuxtla Gutiérrez; al oriente con la colonia Patria Nueva. Ahí don Porfirio Quiróz Chavarría, lleva viviendo 24 años, quien dice que los problemas que identifica es la falta de regularización de la tenencia de la tierra, de donde se derivan otros como la falta de agua potable, electricidad y drenaje, ya que compraron terrenos de uso común pertenecientes al ejido Francisco I. Madero.
Cuenta que los tres órdenes de gobierno se han olvidado de esta y las colonias vecinas. “El Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez encabezado por Carlos Orsoé Morales Vázquez, no ha llegado en los últimos seis años para preguntar a los colonos qué necesitamos, hemos girado documentos, pero para un soporte y las autoridades, solo nos dicen esperen, pero no sabemos hasta cuándo vamos a esperar, preocupa la carencia de muchos servicios, más la seguridad”, señala.
Estamos olvidados, marginados, excluidos, así estamos todos en la colonia Satélite y las colonias vecinas como Otilio Montaño, Las Brisas, Colinas, Loma Larga Alta, Loma Larga Baja, Bella Vista, entre otras. Entre los vecinos componemos las calles, aplicamos escombro, así están todas las calles, mientras es incierto el futuro. Tengo fe que en el próximo año podamos empezar a mejorar, esperamos que las instituciones públicas nos apoyen a las colonias, esa es la exigencia, comenta el avencindado.
Otras colonias irregulares son Jardines del Norte, Santa Cruz, Cruz con Casitas, Las Granjas, Kilómetro 4, Democrática, Yuquis, Flor de Mayo, El Porvenir, cuyo futuro depende de la regularización de la tenencia de la tierra.
La ambientalista Cinthya Reyes Hartmann, representante de la asociación civil Tierra Verde Naturaleza y Cultural, sostiene que Tuxtla Gutiérrez cada vez tiene menos cubierta forestal. “Al interior de la ciudad hemos perdido una enorme cantidad de árboles y alrededor de la ciudad hemos perdido zonas con vocación forestal y estamos perdiendo los servicios ecosistémicos, uno de ellos es el clima, tenemos cada vez más calor, nos quejamos del calor, pero no ponemos remedio, la única solución es reforestar nuevamente”, señala.
Insiste la bióloga que lo primero que hay que hacer es ordenar y organizar la ciudad, existen documentos como la Carta Urbana de Tuxtla Gutiérrez y el Plan Municipal de Desarrollo que son herramientas que deben de ayudar para plantear cómo la ciudad debe de crecer. “No podemos seguir creciendo de manera desordenada, no podemos seguir creciendo sin conciencia, lamentablemente, sigue habiendo mucha corrupción, se han tomado decisiones no alineadas con éstos planes y se siguen haciendo cambios de uso del suelo y nos están quitando el clima y la calidad de vida para la sociedad”, reitera.
En Tuxtla Gutiérrez, nuestros cerros, Mactumactzá y la colindancia con el Parque Nacional Cañón del Sumidero siguen estando invadidos legalmente con nuevos fraccionamientos e ilegalmente, tendrían que comprarse esas tierras que están amenazadas para dedicarlas a la restauración del ecosistema y conservar las zonas con vocación forestal, estamos atrasados, hay que poner alto al cambio de uso del suelo, ya no cortar un solo árbol y sembrar lo más que podamos.
Dice que no hay un censo de la superficie forestal que se ha perdido en Tuxtla Gutiérrez y sugiere activar los viveros de la Comisión Nacional Forestal, Secretaría del Medio Ambiente e Historia Natural y del ayuntamiento capitalino para reforestar, hay que contener la degradación y el cambio de uso del suelo. "Si la sociedad no participa y no toma decisiones, los gobernantes van a seguir haciendo y deshaciendo, nosotros tenemos que reaccionar y participar, hacer valer nuestra voz, queremos una ciudad verde".
Mientras tanto, la ambientalista Eréndira Domínguez, representante de Wicker Empresa con Responsabilidad Ambiental, expone que quitar árboles para construir casas ha tenido altos costos. “Lamentablemente, cuando tiramos un árbol ya no sembramos, lo que tenemos que hacer es conciencia en el sentido de que las casas no pueden sustituir a los árboles, las calles no pueden sustituir las superficies de bosques que nos quedan en Tuxtla Gutiérrez”, puntualiza.
Una de las consecuencias es el cambio climático, desgraciadamente no se detiene el cambio de uso del suelo por nuevas colonias o asentamientos humanos, no solo habría que recuperar los bosques en los cerros donde los hemos perdido, hay que reforestar las calles, las avenidas y los bulevares de Tuxtla Gutiérrez, plantea.
Mientras tanto, la diputada local Karina Margarita del Río Zenteno, secretaria de la Comisión de Reforma Agraria del Congreso del Estado, considera que habría que hacer un análisis a fondo del problema de la ocupación de esa zona que ha llevado a que las colonias no tengan seguridad jurídica en la tenencia de la tierra, además, carecen ahora de otros servicios públicos de primera necesidad.
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“Es importante proporcionar a la gente los medios necesarios para vivir mejor, por un lado las viviendas son para la gente más necesitada, pero también hay que analizar el mecanismo de compra venta de las tierras, los ocupantes documentan que las compraron con el ejido Francisco I. Madero, pero habría que ver las condiciones en que se dieron estos procesos de ocupación que ha generado reducir los bosques para establecer calles, pero tiene que haber soluciones”, indicó.
Con la migración, el crecimiento poblacional y la falta de oportunidades para vivir creció la demanda de lotes o tierras para vivir y construir viviendas, aunque si bien poseen tierras, éstas no están regularizadas, la ocupación territorial de Tuxtla Gutiérrez de 1980 a 2010 aumentó 15.25 veces. Estos centros de población no cuentan con seguridad, drenaje, agua potable, energía eléctrica, arreglo de calles, ni regularización que otorga certeza jurídica a sus lotes o propiedades.
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