El investigador del Centro Experimental de Ocozocoautla del Instituto de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, Roberto Reinoso Santos, informó que los sistemas agroforestales o agrosilvicultura, sistemas ancestrales de producción, recomienda una producción conjunta agrícola, forestal, frutal y ganadera para mantener una explotación múltiple y estable.
Actualmente el INIFAP cuenta con dos investigaciones en las que usa diferentes especies en zonas agrícolas de Chiapas para la recuperación de materia orgánica y el aumento de la productividad del maíz, insistió el investigador del programa Manejo Forestal Sustentable y Servicios Ambientales.
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El sistema agroforestal llamado "maiz-inga-canavalia ha generado un impacto muy importante en la recuperación de zonas agrícolas degradadas y buena aceptación por parte de los productores de maíz y frijol, logrando obtener hasta 12.5 toneladas por hectáreas de necromasa y aumentos en el rendimiento de maíz hasta de nueve toneladas por hectárea.
A la vez, se asocia plantaciones forestales maderables a cultivos básicos, maíz y frijol, para aumentar la rentabilidad económica de la plantación durante la vida del turno silvícola, pues bajo este sistema agroforestal "frijol-cedro rojo" los rendimientos estimados son de 600 kilogramos por hectárea con una inversión de 3 mil pesos por hectárea y una relación costo - beneficio de 13, expuso Reinoso Santos.
Este tipo de investigaciones contribuyen a la necesidad de información agronómica en el campo de Chiapas para asociar especies forestales maderables a cultivos anuales, a partir de la implementación de este tipo de tecnologías se obtienen múltiples beneficios como propiciar una mayor infiltración, mayor reciclaje de nutrientes, control natural de malezas, mayor absorción de la radiación solar convirtiéndose en una fábrica constante de carbono y un incremento en la suma de los rendimientos.
Con estas alternativas, el INIFAP en el marco del 35 aniversario, contribuye a que los productores tengan acceso a la investigación científica que le permita mejorar su sistema de producción para generar más alimentos sin perder más bosques.
Existe una creciente presión por nuevas tierras de cultivo para una mayor producción de alimentos, lo que ha obligado a reemplazar áreas de bosques por cultivos.