El pasado domingo 3 de diciembre marcó el inicio del Adviento, un periodo litúrgico católico que antecede la celebración de la Navidad. Esta fase de preparación se extiende a lo largo de cuatro semanas, hasta el 24 de diciembre, simbolizando la anticipación y la espera de la venida de Jesucristo.
El Padre Margarito Guzmán Sainz, actualmente en funciones en la rectora San Jacinto, compartió que en la iglesia existen distintos tiempos litúrgicos, entre ellos la Cuaresma, el Tiempo Ordinario y ahora el Adviento. Este último tiene como significado central la remembranza de la historia del nacimiento de Jesucristo, convirtiéndolo en un periodo de preparación para dicha conmemoración.
Cada año, como parte de esta preparación, los ciudadanos acuden a las iglesias para participar en el encendido de la primera vela, anunciando así el nacimiento de Jesús. A lo largo de cada domingo del Adviento, se encienden cuatro velas en total, bendecidas en cada iglesia como un acto de motivación espiritual, destacando el significado profundo de esta fecha.
El Padre Margarito explicó que al finalizar el tiempo ordinario, instó a los feligreses a preparar su corona de Adviento. Esta corona, compuesta por follaje verde y cuatro velas, se erige como el primer símbolo anunciador de la Navidad. La palabra "Adviento", de origen latino, significa "venida", reflejando la expectativa cristiana de la llegada de Jesús.
La confección de esta corona se recomienda hacer en familia, fomentando la participación colectiva y el compromiso no solo a nivel personal, sino también familiar y comunitario. Se sugiere el uso del color morado, simbolizando la disposición en los corazones.
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Aunque la elección del color puede variar, la tradición comúnmente incluye tres velas violeta y una rosa, que se encienden progresivamente cada domingo de Adviento. La vela rosa representa la alegría y se enciende en el tercer domingo. Este ritual se acompaña de oraciones y cánticos, creando un ambiente espiritual en preparación para la celebración del nacimiento de Jesús.
El Padre Margarito alentó a los fieles, tanto en las misas de Adviento como en el hogar, a participar en este simbólico encendido de velas. Recordó que la luz que crece en la corona representa la proximidad de Jesús, la Luz del Mundo. Este año, la comunidad cristiana se une en este tiempo especial de reflexión y esperanza.
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