Inicia arribada de tortuga golfina en playas mexicanas

Se han registrado tres eventos en playas de Oaxaca; también desovan en Chiapas, en los municipios de Arriaga, Tonalá y Pijijiapan

ELAM NÁFATE | El Heraldo de Chiapas

  · viernes 20 de septiembre de 2019

Las tortugas golfina y lora son las más pequeñas de los siete tipos de tortugas marinas que existen en el mundo /Elam Náfate

En tres arribadas ocurridas hasta el momento, se han estimado más de 584 mil hembras de tortuga golfina (Lepidochelys olivácea) en las playas Morro Ayuta y Santuario La Escobilla en Oaxaca, informó la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

En Chiapas en 2018, como resultado de los recorridos de monitoreo para la colecta y reubicación de nidadas a los corrales de incubación, se colectaron un total de siete mil 711 nidos de todos los centros para la Protección y Conservación de la Tortuga Marina (Puerto Arista, Boca del Cielo, Costa Azul y Barra Zacapulco), con 702 mil 832 huevos de tortuga golfina; el total de crías liberadas fue de 516 mil 387.

El 21 de agosto se registró el inicio de la tercera arribada de esta especie para la temporada 2019 en la playa de Escobilla y el 28 del mismo mes en la playa Morro Ayuta, campamentos operados por la Conanp. Los datos preliminares informan que en el primero se han asentado más de 332 mil hembras en los 21 días que lleva el evento; mientras que para el segundo, más de 252 en los primeros trece días.

Se calcula que de cada 100 tortugas nacidas, sólo una llega a la vida adulta dadas las difíciles condiciones en las que deben sobrevivir, al formar parte de la dieta de diversos ejemplares en cada una de las etapas de su crecimiento.

Todo esto aunado a la caza indiscriminada que padeció durante décadas pasadas, los efectos del cambio climático, la contaminación por plástico en los mares, la pesca incidental, entre otros factores que la han colocado como una especie en peligro de extinción en la NOM-059-SEMARNAT-2010.

Desde 1990 el Código Penal Federal estableció que el consumo y venta de carne y huevos de tortuga es ilegal, penalizándose con multas de hasta nueve años de prisión y sanciones hasta de tres mil días de salario mínimo.



Hace unas semanas, una mujer guatemalteca fue arrestada con un cargamento de más de tres mil huevos de tortuga en retén de inspección, en una carretera de este municipio de la Costa de Chiapas con rumbo a Tapachula en la frontera con Guatemala.

Un oficial de la Policía Estatal, explicó que la fémina viajaba en un camión del transporte público en el tramo carretero Arriaga-Chahuites, Oaxaca; donde fue detenido para llevar una inspección de seguridad.

Los uniformados notaron el nerviosismo de la dama, quien aseguró llamarse Gloria “N”, de 43 años de edad, a quien pidieron mostrar lo que llevaba envuelto en bolsas de plástico.

Señaló que en un principio se negó al argumentar que no lleva nada ilícito, sin embargo, al revisar las bolsas negras encontraron tres mil 200 huevos de tortuga marina, ejemplar que está en peligro de extinción.

De acuerdo con la detenida, los huevos los consiguió en playas de Oaxaca y pretendía llevarlos a Tapachula donde los comercializaría en el mercado negro fronterizo. Lugar donde son muy requeridos y cotizados.

Las tortugas golfina y lora (Lepidochelys kempii) son las más pequeñas de los siete tipos de tortugas marinas que existen en el mundo y son las únicas que hacen anidaciones masivas y sincrónicas en un impresionante fenómeno natural, conocido como arribada o arribazón.



Las tortugas marinas en general son un vínculo esencial de los ecosistemas marinos y terrestres, representan de un grupo de reptiles que ha existido en el planeta recorriendo los mares durante los últimos 100 millones de años y que contribuyen al buen estado de lechos marinos y arrecifes coralinos.

Existe la hipótesis de que las tortugas regresan a anidar a la misma playa donde nacieron desde sus zonas de alimentación que pueden estar alejadas de las playas de anidación varios cientos o miles de kilómetros.

Cada temporada de anidación es distinta, respondiendo a múltiples factores que inciden en la cantidad de ejemplares que arriban cada año, no obstante, el patrón que ha sostenido esta especie se mantiene, cuya tendencia es regresar a sus santuarios mexicanos año con año.