Yaneth Gilardon, directora de la Casa de la Mujer Migrante en Tuxtla Gutiérrez, detalló que son las féminas de Honduras las que llegan con mayor frecuencia a esta instancia, donde se les proporciona alimentación y un lugar donde dormir por tres días y dos noches; detalló que iniciaron en junio de este 2018 y a la fecha han recibido a 120 mujeres.
La característica principal de este albergue es la estancia de paso, destinado para féminas solas o acompañadas con sus hijos menores de 13 años, en donde se les brinda la posibilidad de descansar, para que después siguen con su andar, el cual ha sido planeado desde antes de salir de su país; en su mayoría, deciden avanzar hacia Estados Unidos y otras retornan a su lugar de origen.
“Tenemos conocimiento que de las 120 mujeres que hemos recibido, 100 de ellas continúan su camino hacia Estados Unidos y de las 20 restantes, unas deciden regresar a su país, y otras se quedan en la capital chiapaneca para trabajar o incluso para casarse”.
Cabe destacar que Chiapas es atractivo para las centroamericanas por la vecindad geográfica con sus patrias y la seguridad que promete, en comparación con las ciudades de sus naciones.
El éxodo de las centroamericanas es una movilidad sur-sur, fuertemente impactada por la feminización de la pobreza y migración; así como por las características del mercado laboral transfronterizo: precario, informal, que discrimina a las damas. El resultado es una población que vive y trabaja en condiciones de extrema vulnerabilidad.
En la Casa de la Mujer Migrante en Tuxtla Gutiérrez, se les proporciona alimentación y un lugar donde dormir por tres días y dos noches