Este 30 de marzo se conmemora el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, este sector de la población es el que trabaja más y el que cobra menos, Guadalupe es una mujer de 58 años, desde que era soltera se dedica al trabajo en el hogar, comenzó en la casa de un abogado, cuenta que lo trabaja muy bien, tenían buena relación patrón - trabajadora, no así con la esposa, lo que la orilló a salir de la vivienda.
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Tomó la determinación de migrar a otro hogar donde no tardó mucho tiempo, enseguida conoció a una familia que la contrató para cuidar a una mujer adulta mayor enferma, a quien dedicó muchos años de su vida para los cuidados, es la que proveía sus medicamentos, ingresaba muy temprano y salí tarde, hasta que los hijos regresaban a casa para hacerse caso de su señora madre.
Al fallecer su paciente, Guadalupe fue contratada para seguir trabajando con los hijos, le ofrecieron el mismo sueldo que el que tenía para cuidar a la paciente, 600 pesos semanales, tiene que tomar dos colectivos, su trabajo se ubica en uno de los hogares de la colonia de Chiapa de Corzo, Fraccionamiento Jardines del Grijalva, sabe que gana lo que no es justo, que debería ser tratada mejor, pero no quiere abordar ese tema con sus patrones.
No cuenta con seguridad social, nunca ha estado afiliada al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no sabe que ahora tiene el derecho de contar con seguridad social, y que podría también beneficiar a su esposo, Audomaro, desde el sur de Tuxtla Gutiérrez tiene que tomar un colectivo que lo deje en el centro para tomar otro vehículo que lo transporte a su trabajo, donde primero asea la casa, lava la ropa de la familia, plancha, hace la comida, a la vez, atiende las mascotas.
Al regreso a casa, sigue con la jornada laboral, a veces el esposo no ha comido, nadie le ha preparado nada, por pandemia del Covid-19 acude a su centro de trabajo tres veces a la semana o dos ocasiones, aunque se reduzca la jornada laboral por la enfermedad del coronavirus, asume que su salario es poco, pero cree que no puede pedir más, aunque a veces no le alcanza para la despensa.
Carmen es otra vecina de Guadalupe, que también se dedica desde hace más de 30 años al trabajo del hogar en el centro de Tuxtla Gutiérrez, tímida para hablar, dice que solo se dedica a lo suyo, desde que su esposo la abandonó tiene que trabajar más, así ha sacado adelante a sus tres hijas, de quienes ahora tiene nietos, y por quienes da todo, comparte la idea de seguir trabajando hasta donde pueda a pesar ahora de contar con la ayuda de sus hijas, pero sus patrones tampoco le garantizan seguridad social.
A principios del 2019, Isabel Sánchez Sánchez, representante en Chiapas del Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar (SINATRAHO), enfatizó que la determinación del 6 de diciembre del 2018 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al aprobar el amparo directo 9/2018, y obligar a los patrones a garantizar la seguridad social a las trabajadoras del hogar, era una esperanza y una luz, la reforma de mayo de ese año a la Ley federal del Trabajo y a la del Instituto Mexicano del Seguro Social, abrían caminos para mejorar las condiciones de vida de 2.3 millones de trabajadoras del hogar en México y 75 mil 726 en Chiapas.
Sánchez Sánchez, originaria de la Rivera Cerro Hueco en Tuxtla Gutiérrez, compartió que en el estado 39 mil 700 hogares son empleadores, pero ha sido sumamente difícil organizar a las trabajadoras del hogar, las jornadas son prolongadas más a allá de las 12, 15 y hasta 24 horas, por un salario bajo, la aspiración es un salario decoroso, y es que a pesar de la injusticia laboral, las muy son incrédulas, creen que no podrán alcanzar esos beneficios ya establecidos en la ley.
Según el propio Instituto Mexicano del Seguro Social en Chiapas deberán afiliarse al IMSS 75 mil 726 trabajadoras del hogar, 227 mil 178 personas si se inscriben a dos hijos y el esposo y con ello llegan cuando menos a 302 mil 904 personas, es un seguro voluntario, el costo de la seguridad social a favor de las trabajadoras del hogar lo va a absorber el patrón, por ello las mujeres no quedarse calladas sino exigir sus derechos, hay que resolver esta desigualdad hasta lograr que su trabajo se encubierta en una labor decente, salario justo y servicios médicos de calidad para ella y los suyos.