En Chiapas solo el 75 por ciento de los casos de muerte de mujeres víctimas o víctimas indirectas, se inician como investigación de feminicidio, a diferencia de la Ciudad de México donde el 100 por ciento de los casos de muertes de mujeres son clasificadas como feminicidio, reveló Fabiola Alanís Samano, comisionada nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres del gobierno federal.
Añadió que hasta el momento en la entidad se tiene un acumulado de 40 muertes violentas de mujeres, de las cuales solo 28 se han clasificado como feminicidio y 12 como homicidios dolosos, por lo que representa una de las cifras más bajas del país.
"No solamente el tema del abordaje de las muertes violentas de mujeres es fundamental en la tarea de la Fiscalía, sino también identificar el tipo de delito. Hay que identificar puntualmente con tamizajes de riesgo cuando la mujer puede ser asesinada, no puede clasificar como lesiones dolosas determinadas conductas y determinadas lesiones que han infringido a las mujeres y no detener al agresor".
La Comisionada Nacional explicó que ante la muerte violenta de una mujer es importante que las autoridades detengan al agresor para que se puedan abrir carpetas de investigación como tentativa de feminicidio, de lo contrario no se puede enviar a prisión preventiva y al no hacerlo se pone en riesgo a más mujeres.
Al ser cuestionada sobre los tres últimos casos de feminicidios ocurridos en la Costa de Chiapas, dijo que así fuera un solo feminicidio ya es emplazante, por lo que es necesario que las instituciones se cuestionen y fortalezcan la prevención, sobre todo que se reconozca que la mayoría de los feminicidios son feminicidios íntimos que tienen que ver con relación de pareja, aunque hay otros que son feminicidios indirectos que tienen que ver con otras causas.
"Lo que hemos avanzado acá en un tema de acceso a la justicia es en que se investigue como feminicidio y no como homicidio doloso, es una de nuestras demandas centrales a nivel nacional y en Chiapas vamos avanzando", acotó.
Finalmente, expuso que iniciar la muerte violenta de una mujer como un feminicidio es un derecho que tenemos como sociedad, no solo las víctimas, sino también las víctimas indirectas.