El hospital Dr. Jesús Gilberto Gómez Maza, es uno de los nosocomios públicos en Tuxtla Gutiérrez que inició sus actividades en noviembre de 2014, tiempo después crearon un espacio público para que familias no estuvieran a la intemperie, pero ahí actualmente si no se cuenta con recursos económicos, no tienen acceso ni para los servicios básicos.
Son las banquetas aledañas al hospital en donde se pueden observar lonas, casas de campaña, hamacas, cobijas, cartones, entre otras cosas que familiares de los hospitalizados cargan consigo para pasar, no solo la noche, sino todos los días que el paciente esté internado.
Actualmente tienen que soportar el polvo por las obras de la Torre Chiapas, además de la basura que se genere, aunado a las lluvias que se han presentado en la ciudad capital.
Eleazar Gómez Gómez, es uno de los familiares que se encuentra en espera a las afueras del hospital. Él es originado del municipio de La Concordia e indica que son seis familiares que aguardan noticias del que está internado, ante lo cual comenta que es difícil, ya que por todo tienen que pagar y con horario.
"Nos dan un horario de 10 de la mañana a 8 de la noche y de 8 de la noche igual al otro día. A las 9 de la mañana hay que entregar las sillas, pagando 30 pesos por la silla, imagínese” señala.
El dinero muchas veces no les alcanza, por que aparte de eso necesitan comprar medicamentos o lo que su paciente requiera, Eleazar comenta que en lo que más se gasta es en bebidas y en las sillas, porque no tienen otra manera de pasar la noche.
“Se pone feo, más cuando viene con aire la lluvia hay que moverse, hay que estar parado para no mojarse, venimos a cuidar enfermo, pero también corremos riesgo aquí (...) nosotros llevamos 8 días, nuestro paciente está bastante delicado, está grave”, comentó el familiar del paciente.
Otra de las familiares que se encontraba arrinconada en una banqueta era la de Claraceli Morales Bravo, quien está en espera de respuesta por un primo. Dice que su situación es un poco compleja, ya que está en estado de coma, además con problemas de hígado y riñón. “Es por falta de recursos, no hay. Entonces aquí estamos esperando, a ver si lo dan de alta o si fallece o alguien viene con dinero”, explica.
Él es uno de los pacientes que entró por Dengue, a decir de su familiar entró con hemorragia y es originario de Ángel Albino Corzo, asegurando que ese lugar está en foco rojo por esa enfermedad.
“Con la lluvia tenemos que jalarnos para acá y pararnos, si es de noche pararnos, igual para que no se mojen los papeles, la maleta y de aquí no podemos pasar para allá por los carros y si nos llaman, aquí nomas damos vuelta”, explica Claraceli un tanto cansada y somnolienta por el calor.
Todo es pagado
Los familiares que cuidan a un enfermo no se pueden mover del lugar, pues están al pendiente que les llamen para informales de la evolución del paciente o si se requiere algo. Y si quieren estar ahí, deben contar con al menos 150 diarios, ya que todo servicio tiene un costo.
Por cargar teléfono celular les cobran 10 pesos, por sillas mecedoras 20 pesos, sillas tipo camastro 30 pesos (12 horas), uso de regaderas 20 pesos, sanitarios 5 pesos, café 20 pesos y pan 12 o 15 pesos.
Cabe mencionar, que existe una casa hogar donde por parte del que les ofrecen servicio de camas, sanitarios, lavado de ropa y alimento de manera gratuita, pero está ubicado en el fraccionamiento Los Laureles al otro extremo de la ciudad de donde se encuentra el hospital Gómez Maza, lo que complica la situación pues como familiares quieren y tienen que estar atentos de lo que pase, turnándose entre familiares, si es que tienen apoyo.
Bernardo López López, también se encontraba sobre la banqueta en una de las sillas que se rentó junto a su esposa, comentó que en su caso se tienen que turnar para escuchar por el megáfono el nombre del paciente y correr de inmediato.
“Sí me voy para allá, aquí los abandono al irme. Qué pasaría si a mi hijo lo abandono aquí, cuál sería más primero ¿allá o aquí?, lo que debo de hacer yo como padre es estar aquí, porque si llegan a llamar yo tengo que estar al pie de la letra, ahora si que pendiente de eso”, abunda López López.
Ante ello familiares aseguran que la construcción de una galera o un lugar más cercano les favorecería, ya que ellos al no contar con tanto recursos económico, no tienen para rentar o bien taparse en temporada de lluvias, recurriendo a otras personas que los alojen en las lonas que tienen colocadas.
“Toda esta parte se inunda, y en la noche los malandros da miedo y para evitar queremos tener un campamento más que nada o un lugar cerca, también protección de la policía, ahí un rondín que estén dando, ahora sí que esté uno protegido”, afirmó el familiar.
Los problemas al exterior del hospital no acaban ahí, pues se evidenció un faltante de recursos sin justificar, los cuales no se han esclarecido cómo se ejercieron; según reveló la auditoría de 2019 realizada por la Auditoría Superior del Estado de Chiapas al Sistema de Salud estatal, durante el primer año de la administración de José Cruz Castellanos, se le detectó una falta de comprobación de 137 millones 338 mil 755.30 pesos del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA).
Desde la auditoría de ese año a la fecha, han transcurrido cinco años y no se ha visto ni un solo peso de lo destinado a los hospitales, por lo que familiares de pacientes seguirán viviendo el suplicio diario mientras esperan a su enfermo hospitalizado.
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