Tuxtla Gutiérrez.- Una valiente familia de Venezuela, compuesta por siete miembros, se encuentra en Tuxtla Gutiérrez mientras continúa su travesía en busca del sueño americano. Recorriendo calles, avenidas, plazas y templos católicos, están buscando apoyo económico para completar el costo de sus boletos de autobús en su ruta hacia la Ciudad de México, donde harán una parada antes de dirigirse a la frontera México-Estados Unidos.
La familia está formada por tres sobrinos, una hermana, un cuñado y un hijo, todos portando carteles en el pecho que dicen: "Somos venezolanos que necesitamos tu ayuda, con lo que tu corazón diga". Algunos también venden paletas de dulce de manera consciente para recaudar fondos. Necesitan al menos entre mil 300 y mil 500 pesos por boleto de autobús por persona para continuar su viaje.
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La misión está liderada por el señor Frank Angel Vargas y su cuñado Daniel Adrian Soler Rosales, quienes llevan casi dos meses caminando. "Gracias a Dios ya estamos en Tuxtla Gutiérrez", cuentan, y añaden que desean continuar para cumplir sus sueños y llegar juntos como familia. Su próxima parada será Arriaga, y luego seguirán hacia Oaxaca.
En su ruta, piden aventón y así han llegado a la capital de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez. Comparten su historia en el Parque Santo Domingo, cerca del comedor comunitario de la Parroquia de San Roque y San Bartolomé, donde pueden obtener alimentos a cambio de cinco pesos por ración.
La familia venezolana se enfrenta a riesgos significativos en su travesía, ya que han encontrado numerosos cadáveres en la selva entre Colombia y Panamá, en una zona conocida como Darién, considerada una de las más peligrosas. "Hemos llegado a Chiapas, pero en nuestro país han quedado madres, padres, hermanos, sobrinos, tíos. Dormimos en el Albergue del Migrante de la Iglesia Católica y comemos en el comedor comunitario en Santo Domingo, donde nos tratan bien", relata el señor Frank Angel Vargas.
Mientras hacen paradas en los cruceros de Tuxtla Gutiérrez, solicitan ayuda. A la familia venezolana les piden que recen por ellos y confían en Dios en su travesía. Han conocido muchas historias de éxito de compatriotas en Estados Unidos y consideran que su familia está formada por siete historias de éxito en busca de una vida mejor.
