Las infancias y adolescencias en Tuxtla Gutiérrez enfrentan riesgos a ser víctimas de agresiones o desapariciones en espacios públicos, esto de acuerdo con datos del colectivo Madres en Resistencia. En esta ciudad, junto con Tapachula, se registra un alto índice de desapariciones y episodios de violencia que afectan a menores de edad. De acuerdo con cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), entre enero y septiembre de 2024 en Chiapas se reportaron 1,007 desapariciones, de las cuales 345 corresponden a niñas, niños y adolescentes, lo que representa un 34% del total.
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Adriana Gómez e Isabel Torres, miembros del colectivo Madres en Resistencia, han documentado que los parques, calles y otros espacios públicos presentan riesgos de seguridad para la población infantil en Tuxtla Gutiérrez. La vulnerabilidad en estos sitios se debe en gran medida a la falta de vigilancia y al elevado número de reportes de desapariciones. En total, los registros oficiales contabilizan 354 alertas de desapariciones en la entidad, siendo esta capital y Tapachula las ciudades con mayor incidencia.
Además de los riesgos en espacios públicos, se ha identificado que en muchos casos la violencia contra las infancias y adolescencias se ejerce en entornos educativos y familiares. De acuerdo con Isabel Torres, el colectivo ha documentado la presencia de acoso, abuso sexual y psicológico en instituciones educativas, donde niñas y adolescentes son particularmente vulnerables. Las agresiones en entornos escolares ocupan un lugar importante en los reportes, mientras que en el ámbito familiar también se identifican casos de violencia que afectan su seguridad física y emocional.
La situación en Tuxtla Gutiérrez evidencia la falta de espacios seguros para las infancias y adolescencias, ya que no solo enfrentan el riesgo de desapariciones, sino también de violencia en diversas formas. Ante esto, organizaciones y colectivos han reiterado la urgencia de implementar estrategias de seguridad efectivas en espacios públicos y educativos, y fortalecer las redes de apoyo y atención especializada en entornos familiares.
Cabe destacar que recientemente se suscitó el caso de Liliana Guadalupe, una niña de 12 años de edad que desapareció en la zona centro de la ciudad, donde caminaba para ofrecer sus dulces y chicharrines. Cuatro días después fue hallada sin vida, semienterrada y desnuda en el patio de una vivienda en el Barrio Colón.
Ante esta situación, colectivos han exigido a las autoridades locales fortalecer las acciones de vigilancia y brindar atención psicológica y de seguridad en los entornos educativos y familiares de la capital y otras áreas de riesgo en la entidad.
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