Contracción fue la constante del mercado de bienes raíces de Tuxtla Gutiérrez durante el primer semestre del año. Poca gente quiso comprar y mucho menos arrendar, según el vicepresidente de la sección de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) en la capital del estado, Julio César Ramos Martínez.
Atribuyó el hecho a tres factores: el primero, la incertidumbre que conllevó la llegada de nuevas autoridades; segundo, la desaceleración económica que Chiapas padece desde hace tiempo; tercero, las valuaciones. En la plaza por el desorden urbano hacerse de un terreno o inmueble con servicios y buena ubicación es caro porque escasean.
Por ejemplo, en un ejercicio ordinario enero, febrero y el verano son los periodos en los que hay más cierres de contratos de renta, debido a que la gente tiende a cambiar de domicilio. “Sin embargo, este año por el cambio de gobierno en el inicio de año no hubo tanta bonanza (…)”, afirmó.
Para el dirigente, el mercado vive una situación contrastante, pues en periodos con falta de circulante como el actual hay una sobreoferta de bienes raíces, es decir, existen más personas interesadas en vender y/o arrendar su patrimonio.
“Hay mercado de compradores y de vendedores (…) Decimos que ahora es un mercado de clientes porque van a encontrar oferta y tal vez los precios puedan bajar. Ahora es un mercado de compradores, porque ahora quien tiene el poder en la negociación es el interesado. Cuando hay una bonanza económica hace que se suban los costos”, comentó.
Confió en que el esclarecimiento de las nuevas políticas públicas, el combate a las invasiones de predios y el castigo de notarios públicos que actúen de manera ilegal incremente la demanda de inmuebles. Todos estos factores tienen un común denominador: otorgar certeza jurídica.
“La gente que tiene dinero para invertir quiere tener certidumbre en lo que va a hacer (…) Ahora que es verano ya se está viendo mejoría en el mercado”, puntualizó.
La entidad requiere 150 mil propiedades para cubrir su demanda de hogares (personas que quieren una casa y disponen de un préstamo aprobado) y 860 mil para superar su rezago de casa (población que necesita un inmueble sin importar que tenga o no un crédito autorizado), según la Cámara Nacional de la Industria de Promoción y Desarrollo de Vivienda.