Alejandra Torres, una joven de 28 años, dueña de un restaurante bar, así como de una empresa que renta locales a pequeñas empresas chiapanecas y contadora de profesión. En entrevista exclusiva nos cuenta cómo comenzó con esta idea y todo lo que ha logrado a su corta edad.
El proyecto más grande lleva por nombre “CARACARA”, el cual se trata de una mezcaleria fusionando sabores de 3 estados; Yucatán, Oaxaca y Chiapas, este proyecto comenzó al inicio de la pandemia.
También puedes leer: Conoce a Édgar Megchún, talentoso muralista zoque que ha destacado en Chiapas
“CARACARA” es un proyecto que ya existía, todo comenzó con un traspaso, el cual tomó con su tío el emprendimiento; “Yo ni siquiera tomo, no sabía nada del mezcal”, nos cuenta Alejandra, quien dijo que desde muy pequeña soñó con ser propietaria de un negocio o de tener una franquicia.
Dijo que posteriormente tomó un proyecto pequeño, y comenzó a involucrarse en la cocina y los resultados comenzaron a verse; afirmó que todo negocio es como una rueda de la fortuna, con altas y bajas, la parte más difícil para ella fue superar la pandemia y que el negocio se mantuviera después y al final, lo logró.
Pasando la pandemia fue un parteaguas para la joven empresaria, ya que decidió comenzar con las remodelaciones del lugar; un día despertó y se preguntó qué realmente era lo que quería para “CARACARA”. “Los primeros que pensé es, quiero que sea una mezcaleria con comida regional”, comentó. Aseguró que el proyecto inició por una emoción, imaginándose como sería y poniendo manos a la obra.
Para el proyecto de remodelación, Alejandra no contaba con dinero, por lo que pidió un préstamo, hace referencia que el negocio estaba en decadencia por lo que era necesario el cambio; “Soy una mujer de arranque, no le tengo pánico a endeudarme, no le tengo pánico a fracasar” abundó, Torres.
Adentrándose más al tema del mezcal empezó a hacer intercambio con proveedores en Oaxaca, mandó fichas técnicas de lo que quería con el mezcal, siendo uno de los pioneros en llevar esta bebida a Tuxtla Gutiérrez, en donde actualmente está teniendo un auge.
“CARACARA” cuenta con 15 empleados, desde meseros, cocineros, administrativos, redes sociales, chofer, compras. En Tuxtla Gutiérrez tienen 2 sucursales, la matriz ubicada en la 1a Norte y la otra que recién abrió está ubicada en la colonia Moctezuma, en donde también tiene la casa con locales para las pequeñas empresas chiapanecas, llamada “Colibría”.
Las inspiración del logo fue por un pájaro nativo de Chiapas y del Sur de América de nombre “Caracara”, un ace que cuando llega a un cierto lugar se adapta y se queda por muchos años. El logo es el ojo del ave, con el maguey.
De los retos que ha tenido es que se ha quedado sin personal siendo ella sola quien saque adelante el trabajo, teniendo ella que aprender a guisar. Pero el reto más grande al que Alejandra se ha enfrentado ha sido la sucursal ubicada en Moctezuma. Cuando ella llegó al lugar donde es una casa, se aferró a ese sueño sin tener ni un peso porque acababa de pasar la pandemia, pensando en cómo hacerle se le ocurrió crear otra empresa de nombre “COLIBRÍA”, para así poder llevar “CARACARA” a ese lugar.
Comenzó a buscar emprendedores por todo Tuxtla para que se unieran y juntaran para el depósito de el lugar y así poder tener la casa, cuando por fin lo logra se enfermó y la tuvieron que operar de emergencia, el crédito para adecuar el lugar no había sido aprobado, ella se encontraba en Monterrey y ya tenía el contrato de 1 año para tener la casa, posteriormente estando fuera le avisaron que su crédito financiero había sido aprobado, lo que fue un respiro para ella.
“Mi reto más grande ha sido el seguir creyendo en que puedo, a pesar de que todas las circunstancias me decían no, no puedes y poner la sucursal, por que yo la hice desde cero, no hubo arquitecto, no hubo una planeación, no hubo nadie que me dijera pon esto aquí, pon esto allá, fue prácticamente de lo que yo creí que se iba a ver bonito, por lo que mi mayor reto ha sido este en donde estuve sola”, finalizó Alejandra Torres.