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Adolescentes casi niñas son negociadas por sus padres siendo obligadas a casarse aunque ellas o ellos no quieran, ante lo cual los progenitores reciben dinero o los intercambian por animales (caballos, cerdos o vacas), todo ello regido bajo su esquema de usos y costumbres, detonando así un drama para dichos menores en la región Altos de Chiapas entre las comunidades indígenas.
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Octavio Zunún Aguilar, dirigente de una organización indígena en la región Altos de Chiapas, en entrevista confirmó que efectivamente en esa región y más específicamente en el municipio de San Juan Chamula aún se llevan a cabo éstas bodas forzadas, donde pequeñas aun de 11 o 12 años son obligadas a casarse con hombres adultos, e incluso a veces aún desde muy pequeñas los propios padres las empiezan a negociar o comprometer y ya cuando crecen las o los obligan a contraer nupcias con algún hombre aunque éste no sea de su agrado.
"Hay muchos casos de niñas y niños cuyos padres hacen negocios con ellos desde muy pequeñas o pequeños, principalmente ocurre en San Juan Chamula donde se acostumbra que las hijas desde pequeñas sirvan para hacer negocio a los padres y cuando llegan a cierta edad, pueden contraer matrimonio, y eso ocurre a cambio de una remuneración económica. Se hacen compadres, toman el posh, comen juntos y cuando llegan a ser grandes o a una cierta edad los casan aunque no quieren la niña o el niño contraer matrimonio, pero como ya existe un convenio o compromiso y se tiene que cumplir con esos acuerdos", señaló Zunún Aguilar.
Agregó, que también cambian a las hijas por animales (vacas, cerdos o chivos) lo que es muy tradicional y viene funcionando desde hace muchos años.
Dijo que “en el caso de las bodas entre menores también se hacen convenios entre los padre que tanto los niños como las niñas tienen que cumplir cuando sean grandes, porque desde pequeños los padres los comprometen para casarse y de ahí se hacen familia, se hacen compadres, beben el posh y así terminan casándose niñas y niños aún siendo menores de edad", señaló Zunún Aguilar.
En el caso de San Cristóbal de las Casas no existe este tipo de acuerdos ni en las comunidades, por lo que actualmente no hay denuncias al respecto, ya que las madres y padres son más capacitados incluso por psicólogos u otras personas expertas en el ramo.
