Tuxtla Gutiérrez.- A finales de la década de los noventa nació el fenómeno del préstamo denominado ‘gota a gota’ en la ciudad de Medellín, Colombia, esto como una "solución" económica para personas de escasos recursos que por su condición, no podían obtener un crédito tradicional en alguna institución financiera. Este fenómeno de los préstamos sin aparente garantía se fue extendiendo rápidamente por toda Latinoamérica.
Fue así que para el 2015, por la situación social y política que se vivía en países como Venezuela, El Salvador, Colombia, Guatemala, entre otros países que junto con la ola de migrantes que comenzaba a llegar a México arribó este “sistema de préstamos” que por su aparente facilidad para obtenerlos de inmediato se popularizó en varios estados del país, entre ellos Chiapas; se tiene registro de que fue en 2018 cuando los llamados “goteros” comenzaron a operar en Chiapas, pero fue hasta 2020 cuando se notaron por completo sus operaciones, siendo extranjeros de origen colombiano quienes en el estado comenzaron a operar con este esquema.
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Las “facilidades”, el gancho
La gente cae muy rápido en este sistema de préstamos y es que no era difícil acceder al dinero “fácil” pues al no provenir de instituciones crediticias legalmente constituidas, no se requería de aval, grantía o contar con alguna cuenta en banco y/o comprobar ingresos, además de que las cantidades de los los “préstamos” van de los mil pesos hasta los 100 mil, lo cual sonaba muy atractivo para quienes tuvieran la necesidad de recurrir a solicitar una suma de dinero.
El esquema es sencillo, el único requisito es que quien solicite el crédito tenga un negocio o alguna forma de asegurar el pago tanto del préstamo como de los intereses, los cuales e pagan diariamente hasta que se concluya el pago del dinero pactado, a lo cual se le denominó “Gota a gota” (De ahí el sobrenombre de Goteros).
A pocas luces, era algo perfécto para quien necesitara dinero rápido para una emergencia o bien para su negocio, suena atractivo hasta que se ve la realidad. "Acá en el mercado muchos compañeros cuando llegaron los colombianos, comenzaron a pedir dinero a manos llenas, el único requisito era que tuvieras un puesto; de ahí te hacían tu monto que lo liquidaras en 20 días, con un porcentaje mayor al 20 porciento, si prestabas mil, tenias que pagar 1200 pesos, y la gente como era cobro diario comenzó a adquirir el dinero" dijo Juan Manuel Morales, locatario del Mercado Público “Juan Sabines”.
No todo es “color de rosa”
“Hubo gente que por querer salir adelante perdió todo, el negocio es así, a veces sale y aveces ni para la comida, se endeudaron, pidieron y al no pagar se deuda se les hizo hasta el triple, prefirieron abandonar su puesto, ya que estás personas los amenazaban con quitarles sus cosas y hasta la muerte”, dijo el comerciante.
Afirmó qué también era común ver a los extranjeros hace dos años con sus cangureras (mochilas pequeñas en la cintura), motonetas y motocicletas merodeando todo el centro de la ciudad; entraban a la Central de Abastos teniendo casi el control del dinero, sin que ninguna autoridad interviniera.
"Mira, cuando éstos colombianos llegaron eran bastantes, en casi todos los negocios llegaban a ofrecer su dinero, nosotros no podíamos meternos, porque al parecer traían trato con los jefes; hubo un tiempo que la gente llamaba a la policía porque cuando no podían pagar, pues los extorsionaban o amenazaban. Llegábamos y únicamente se les retiraba del lugar, por los acuerdos que tenían con los mandos, pero ahorita ya casi no hay reportes de eso", dijo un oficial de la policía estatal, del cual por su seguridad omitimos su nombre.
Golpe a los “goteros”
A raíz de la pandemia mucha gente no tenía para pagar ni los préstamos y mucho menos los intereses, por esa razón fueron más constantes los casos de amenazas por parte de los colombianos o “goteros” a comerciantes y ciudadanos, incluso se supo de casos en los que hubo intentos de homicidio; esta situación fue a gran escala, pues los llamados “Goteros” para ese entonces ya se habían expandido por todo el sureste del país, desde Tabasco hasta Quintana Roo, por lo que en todos estos estados se reportaban casos de intentos de homicidio, homicidios, secuestros y atentados en comercios, todos relacionados con los colombianos prestamistas.
Lo anterior los hizo estar en el “ojo del Huracán” de las autoridades federales y por ello, el 22 de junio de 2021 en la colonia Cinco de Febrero en Tapachula fue detenido Jorge Iván “N” de origen colombiano, al ser denunciado ante las autoridades por estar extorsionando y amenazando con una arma de fuego a comerciantes que no podían pagar los préstamos que habían solicitado bajo el esquema de “gota a gota”.
Por si fuera poco, al momento de su detención además de la arma, al colombiano se le decomisaron cinco bolsas de plástico con marihuana y una motocicleta color rojo, con placas del estado de Chiapas; esto “encendió la alarma” entre las autoridades que ya no solo se enfrentaban a un problema de extorsión, ahora se sumaba el hecho de que los prestamistas incursionaban en el negocio del tráfico y venta de drogas.
El negocio cambia de manos
Poco después de la detención del colombiano en Chiapas, se vino una ola de detenciones de extranjeros que se dedicaban al “goteo”, el golpe más duro se dio en Cancún y Playa del Carmen, en Quintana Roo el 27 de Mayo de 2022, donde a Fiscalía General de aquel estado desarticuló a una banda de colombianos prestamistas o “gota a gota” que tenían asolados a comerciantes y empresarios de la zona; sus operaciones también se extendían al estado de Chiapas.
Tras la desarticulación de esta red de prestamistas extranjeros, el “negocio” pareció quedar sin dueño y hoy, a cinco años del arribo de este esquema de préstamos en Chiapas ahora la batuta la tomaron los tuxtlecos, quienes heredaron la práctica de prestar “gota a gota” eso sí, con intereses muy bajos y sin actuar como grupos criminales.
“Comerciantes buscan alternativas”
A decir del comerciante Juan Manuel Morales, locatario del Mercado Público “Juan Sabines”, si existen todavía gente que se dedica al “gota a gota”, pero ya no son extranjeros, son gente local, que más que actuar como mafia son simplemente personas que tomaron ese esquema para hacer préstamos a la mano, a bajos intereses.
“Acá nosotros los comerciantes cuando tenemos una urgencia buscamos apoyo entre los compañeros; hacemos un plan de pagos diarios, semanales o mensuales, nos cobran entre el 10 y el 15 por ciento máximo; ya no dejamos entrar a los colombianos, además ya son menos; de forma coloquial te digo que vieron a enseñarnos y los corrimos”, puntualizó.
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