Tuxtla Gutiérrez.- La terminal de la OCC en Tuxtla Gutiérrez se ha convertido en un punto de llegada y tránsito para migrantes de diversas partes del mundo. Entre la multitud de migrantes, los cubanos, que son conocidos por su reserva, se encuentran en menor cantidad, mientras que los venezolanos son más numerosos en la ciudad.
Los migrantes cubanos suelen ser más reservados, no comparten detalles de su situación, no caminan solos y a menudo no declaran ni hablan español, aunque entre ellos se comunican en su idioma. Tienen un enfoque cauteloso hacia su viaje y suelen pedir fotografías pero evitan los videos.
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En contraste, los migrantes venezolanos son más abiertos y compartan sus experiencias de viaje. Muchos de ellos han sido trasladados por el Instituto Nacional de Migración (INM) desde Tapachula a Tuxtla Gutiérrez, pero algunos informan que fueron abandonados en la ciudad y obligados a caminar por las calles en lugar de ser documentados para llegar a la frontera México-Estados Unidos. Esta situación ha generado temores de ser detenidos y deportados.
Uno de los migrantes venezolanos, Gerardo Villegas, junto con su esposa e hijas, relató que fueron abandonados por el INM en Tuxtla Gutiérrez y se vieron obligados a caminar por la ciudad, lo que planteó problemas para su familia. Además, temen ser deportados si intentan salir de la ciudad.
Otro migrante, Joé López, describió su experiencia de ser amenazado y extorsionado por balseros en el río Suchiate, quienes les quitaron dinero. A pesar de las dificultades, los migrantes se ayudan mutuamente y tratan de mantenerse unidos en su viaje.
Los migrantes de otros países, como Colombia y Haití, han tenido experiencias diversas en Tuxtla Gutiérrez. Algunos han sido bien tratados y han recibido ayuda humanitaria, mientras que otros luchan por encontrar oportunidades de trabajo y continuar su viaje hacia los Estados Unidos.
Marcolina Araujo, una migrante de Venezuela, agradeció la ayuda recibida en México y compartió su deseo de que los Estados Unidos les permitan ingresar. A pesar de las dificultades, los migrantes continúan luchando por sus sueños y aspiran a una vida mejor en su destino final.
En medio de esta diversidad de experiencias, los migrantes enfrentan desafíos y obstáculos en su búsqueda de una vida mejor en el extranjero. Cada historia es única, pero todos comparten la esperanza de un futuro más brillante en los Estados Unidos u otros países de destino.