Tuxtla Gutiérrez.- Después de enfrentar dos años de inactividad debido a la pandemia del Sars Cov2 (Covid-19), el transporte escolar comienza a recuperarse paulatinamente. Miguel Ángel Castillejos, uno de los operadores de transporte escolar en la ciudad, señaló que fue a partir del inicio del ciclo escolar 2022-2023 cuando se observó una mayor demanda de servicios, gracias al apoyo total de los padres que necesitan este medio de transporte para sus hijos.
Castillejos explicó que desde febrero de 2020, los carros del transporte escolar se mantuvieron parados, con la esperanza de recibir apoyo del gobierno del estado en cuanto a los pagos a la Secretaría de Hacienda. Sin embargo, los operadores tuvieron que seguir pagando los mismos montos que el transporte público colectivo y los taxis, a pesar de la inactividad.
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Fue hasta finales del 2022, en el inicio del ciclo escolar que está concluyendo, cuando la situación comenzó a regularizarse. Hubo un acercamiento con la Secretaría de Hacienda, y aunque no se condonaron todos los pagos, se les perdonaron los intereses que habían acumulado, lo que significó un alivio para los operadores.
En los contratos con los padres de familia, los operadores del transporte escolar exhiben los pagos correspondientes al tarjetón de capacitación en la Secretaría de Movilidad y Transporte, la licencia de conducir y el seguro de vida para los usuarios. Esto se hace para generar confianza y tranquilidad en los padres respecto al traslado de sus hijos.
La combi de Miguel Ángel Castillejos tiene capacidad para 13 a 15 niños y adolescentes de preescolar, primaria y secundaria. Los padres pagan de mil a mil 600 pesos por cada menor, dependiendo de la distancia entre su casa y la escuela. El transporte escolar se encarga de recoger a los niños en sus hogares y después, alrededor de las doce del día y una de la tarde, los lleva de vuelta a casa.
El transportista escolar también destacó que hay un reto logístico importante debido a la necesidad de ser puntuales en la salida de las escuelas, ya que los maestros no desean mantener a los alumnos más tiempo en sus instalaciones. Esto limita la cantidad de escuelas que pueden atender en un día, lo que a su vez influye en la capacidad de algunos padres para utilizar el servicio.
Mirando hacia el futuro, Castillejos analiza que el ciclo escolar 2023-2024 podría traer mejores perspectivas para el transporte escolar, ya que los horarios de entrada al trabajo de los padres podrían cambiar, permitiéndoles llevar a sus hijos personalmente a las escuelas. Sin embargo, enfatiza que aquellos que aún necesitan del servicio del transporte escolar siguen confiando en ellos.
En comparación con los aproximadamente 600 carros del transporte escolar que existían en el 2019, ahora solo quedan alrededor de cien vehículos brindando servicios, lo que refleja los desafíos y la adaptación que han enfrentado estos operadores ante los efectos de la pandemia y los cambios en las dinámicas familiares y laborales.