En Chiapas, la superficie y producción de maíz ha venido a la baja desde 1990 hasta la fecha. En el último sexenio, han aumentado los apoyos, mientras que el cultivo del café ha crecido en superficie cultivada desde 1993. Localidades dentro de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) han diversificado las variedades del aromático grano, explica la consultora del Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Viridiana González.
En entrevista, precisó que el café orgánico de Chiapas se cultiva principalmente en el 60 por ciento de las ANP, que en conjunto suman un millón 300 mil hectáreas, sobre todo café árabe, borbón y café robusta. Su control de plagas y enfermedades, así como la fertilización, es completamente orgánica, utilizando insumos elaborados por los mismos productores; no se emplean productos químicos.
Dijo que no hay un censo de la superficie cultivada con café en Chiapas; cada ANP tiene su propio número de hectáreas. Hasta 1993, cuando desapareció el Instituto Mexicano del Café (INMECAFE), se reportaban 243 mil hectáreas, y a la fecha, ha aumentado la superficie a unas 250 mil hectáreas. México es el primer lugar en Latinoamérica en producción de café, y 12 estados del país lo producen: Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Guerrero, Nayarit, Hidalgo, Querétaro, Colima, Jalisco y Tabasco. Chiapas es el primero en cultivos orgánicos.
A nivel nacional, Chiapas compite con los estados de Veracruz. Su valor agregado radica en ser orgánico, lo que genera un sobreprecio a favor de los productores en el comercio internacional. Los principales mercados son Estados Unidos, Canadá, naciones de Asia y Europa. Entre los países destino destacan Japón, Alemania, y Francia. Los precios no son fijos y se mueven constantemente.
También se cultiva en la Reserva de la Biosfera El Ocote el café morteador, así como el café Cierra Azul en la Reserva de la Biosfera El Triunfo. Se trata de cafés gourmet de alta especialidad de la Reserva La Fraylescana, la Reserva de la Biosfera La Encrucijada, Reserva El Volcán Tacaná, y la Reserva de la Biosfera Montes Azules. Las superficies cultivadas con café en las ANP están en conservación.
La consultora de la FAO precisa que, aunque los cultivos no estén certificados con sistemas orgánicos, no utilizan productos químicos. Se elaboran biofertilizantes con los residuos de la producción de café; el cascabillo se destina al ganado bovino, y la pulpa se transforma en pozas de filtración para no contaminar los cuerpos de agua, además de ser empleada para compostas de las propias parcelas.
Así como no hay un censo en Chiapas sobre la cafeticultura, tampoco hay en el cultivo del maíz. Es visible la baja en las superficies; por ejemplo, en las ANP se optó por el café en vez del maíz. La cafeticultura es la actividad más rentable de la agricultura, y hay cuatro o cinco generaciones ya en los campos cafetaleros, donde la FAO brinda acompañamiento con sistemas orgánicos a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
Por otra parte, Valentín Vázquez, del municipio de Zinacantán en la región Altos de Chiapas, cuenta que la siembra y producción de maíz ha bajado fuertemente en el estado. "Dio un giro, principalmente en este sexenio. Mis padres son campesinos y su sustento principal es el maíz, pero nosotros en la familia ya no lo sembramos. Tampoco hay censo y no sabemos cuántas hectáreas se dejaron de sembrar; por su baja rentabilidad y altos costos de producción, me dediqué al comercio y ahora soy productor de pox".
"El comercio es más redituable que el cultivo del maíz. A la venta, para el campesino, está a 7 pesos, y a la compra está a 11 pesos, pero también a 15 y más. Por ello, hay que buscar otras opciones. El municipio de Zinacantán se está dedicando al cultivo de flores, su principal actividad, y el maíz está en segundo plano; no es prioridad, se compra. Muy pocos lo siembran, tanto amarillo como blanco. Muchas comunidades rurales han decidido migrar del maíz a otras actividades, y muchos han migrado a los Estados Unidos de América".
Mientras tanto, José María Borrás Velázquez, originario de Venustiano Carranza, comentó que su puesto pasó de ser productor de maíz a otras actividades, ya que ya no es rentable, y los precios no son competitivos. Hubo migración de campesinos y de hijos de campesinos a otros municipios y estados del país. "En mi caso, fui restaurantero 40 años; dejé el maíz y ahora me dedico al procesamiento de chile habanero, y eso nos ha ayudado a salir adelante, a sobrevivir, sobre todo".
Se vio obligado a cambiar de actividad económica por el abandono del campo, no solo en este sexenio federal y estatal, sino en muchos otros del pasado. "Tenemos que buscar otras opciones; he comprado maíz a 15 y 18 pesos. Para producir, no hay financiamiento, no hay seguros agrícolas, ni estímulos para producción. Además, de lo poco de maíz que se produce, los coyotes o intermediarios lo acaparan".
"Los gobiernos retiraron los apoyos que daban hace muchos años, como el Blanco Rural, o la Aseguradora Agrícola Mexicana, y también la Compañía Nacional de Subsistencias Populares. Pero, lamentablemente, retiraron los apoyos y, ante la falta de atención al campo, reflexionamos y nos dedicamos a otra actividad porque les cortaron las alas a los campesinos. No se sabe cuántas hectáreas se cultivan de maíz en Chiapas porque no hay censo", apuntó.