Valentín Vázquez, productor del municipio de Zinacantán en la región Altos de Chiapas, cuenta que la siembra y producción de maíz ha bajado fuertemente en el estado. "Dio un giro, principalmente en este sexenio. Mis padres son campesinos y su sustento principal es el maíz, pero nosotros en la familia ya no lo sembramos. Tampoco hay censo y no sabemos cuántas hectáreas se dejaron de sembrar; por su baja rentabilidad y altos costos de producción, me dediqué al comercio y ahora soy productor de pox".
Mientras tanto, José María Borrás Velázquez, originario de Venustiano Carranza, comentó que su puesto pasó de ser productor de maíz a otras actividades, ya que ya no es rentable, y los precios no son competitivos. Hubo migración de campesinos y de hijos de campesinos a otros municipios y estados del país. "En mi caso, fui restaurantero 40 años; dejé el maíz y ahora me dedico al procesamiento de chile habanero, y eso nos ha ayudado a salir adelante, a sobrevivir, sobre todo".
Se vio obligado a cambiar de actividad económica por el abandono del campo, no solo en este sexenio federal y estatal, sino en muchos otros del pasado. "Tenemos que buscar otras opciones; he comprado maíz a 15 y 18 pesos. Para producir, no hay financiamiento, no hay seguros agrícolas, ni estímulos para producción. Además, de lo poco de maíz que se produce, los coyotes o intermediarios lo acaparan".
"Los gobiernos retiraron los apoyos que daban hace muchos años, como el Blanco Rural, o la Aseguradora Agrícola Mexicana, y también la Compañía Nacional de Subsistencias Populares. Pero, lamentablemente, retiraron los apoyos y, ante la falta de atención al campo, reflexionamos y nos dedicamos a otra actividad porque les cortaron las alas a los campesinos. No se sabe cuántas hectáreas se cultivan de maíz en Chiapas porque no hay censo", apuntó.