En el municipio indígena de Chamula, en la región Altos, las mujeres exigen ser autoridades, sin embargo, no se ve esa posibilidad, el ayuntamiento actual es absolutamente masculino, aunque las listas electas están integradas en paridad, afirmó Ruby Aracely Burguete Cal y Mayor, directora de la unidad San Cristóbal de Las Casas del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
De acuerdo con la investigadora, los varones no están de acuerdo con la presencia femenina en el ayuntamiento y no hay elementos para pensar que en el proceso electoral 2021 que iniciará el 15 de enero para las elecciones locales del 6 de junio será diferente.
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Precisó que los llamados usos y costumbres de los pueblos originarios no deben estar por encima de los derechos de las mujeres indígenas, no existe una sociabilidad de las mujeres sustentada en la no discriminación, falta su presencia real pero no están de acuerdo los varones a otorgar ese derecho.
Burguete Cal y Mayor reiteró que en la actualidad los grupos de poder político y económico de Chamula incumplen con el principio de paridad de género, ninguna de las tres características, vertical, horizontal y transversal, las mujeres tampoco participan en las asambleas comunitarias, tampoco en las elecciones de autoridades, no son elegibles para ningún cargo.
Insistió que el 15 de enero iniciará el proceso electoral local para la elección de miembros de 124 ayuntamientos y 40 diputaciones locales propietarias y 40 suplentes, sin embargo, se avisan serios problemas para que las mujeres tengan acceso a sus derechos políticos electorales,
Tampoco veo, dijo, el compromiso de los nueve partidos políticos para que se comprometan a resolver las graves violaciones a los derechos de las mujeres, el origen de la violencia está cuando las fuerzas políticas deciden designar a varones en los cargos que corresponden a las mujeres.
Subrayó que el problema son los partidos políticos y las coaliciones partidistas, en paridad horizontal deben nombrar a mujeres, no hombres y es ahí donde se crean los problemas, las grandes exclusiones que van a seguir impidiendo que en Chamula haya mujeres presidiendo el cabildo.
Puntualizó que el Estado Mexicano debe intervenir en estas particularidades, entender el fenómeno de violencia política de género no en razón de los usos y costumbres, sino en términos de la interculturalidad, tienen garantizado su libre autonomía y autogobierno, pero hay que conocer la relación del Estado con las comunidades.
Las mujeres quieren ser autoridad, el problema es la narrativa de esta presunción de que los usos y costumbres así excluyentes y no se debe cambiar, si el Estado debe garantizar a plenitud todos sus derechos, la libre determinación, también los derechos de las mujeres, insistió.
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