Tuxtla Gutiérrez.- El pendiente de los gobiernos federal y estatal es elevar el producto interno bruto agropecuario que en la actualidad oscilará entre los 20 mil y 22 mil millones de pesos, a través de la reactivación de la agricultura y ganadería, pero sin duda, lo que hay que acelerar son los procesos de industrialización, sostuvo la presidenta del Congreso del Estado, Rosa Elizabeth Bonilla Hidalgo.
Dijo en entrevista que del éxito de la agricultura y ganadería depende la capacidad de los gobiernos para desalentar la migración, si bien es un derecho humano, asumimos como una obligación el generar condiciones de bienestar en el lugar de origen de las poblaciones que han migrado para que retornen a sus pueblos.
Mencionó la legisladora del Partido del Trabajo (PT) en la inauguración del festival del Chocolate que concluye este martes en ese recinto legislativo, que la Cuarta Transformación no solo se sustenta en el combate a la corrupción e impunidad, sino en mejorar las condiciones de vida de las familias campesinas.
Bonilla Hidalgo reconoció que las políticas agropecuarias del pasado no fueron del todo satisfactorias, por ello hay que volver a la investigación científica, a la transferencia de tecnología, a caminar con los productores en los 3 mil 200 ejidos del estado.
Considera que el programa “Sembrando Vida” que aspira a reforestar más de 200 mil hectáreas no puede fallar, tiene que generar los resultados en el rescate de las superficies del sector social abandonadas por la caída de precios de los productos agropecuarios y la falta de mercados.
Pero tampoco puede ser una imposición, sino resultado del más amplio consenso con los productores, por otra parte, la ganadería que se compone de un hato de casi 2 millones de cabezas, tiene que ser potenciada en sus unidades de producción con los créditos a la palabra sin intermediario y sin simulación.
Tras recorrer los estands y platicar con los micro empresarios dedicados a la industrialización del cacao en chocolate, la legisladora expuso que el campo de Chiapas tiene que garantizar la seguridad alimentaria que se demandan en las ciudades, porque sólo así se evitará la migración.