En Chiapas la población indígena es equivalente a 957,255 personas que representa el 26% de su población total, habitando principalmente en los municipios de Ocosingo, San Cristóbal de las Casas, Chilón, Chamula, Tila, Las Margaritas, Salto de Agua, Palenque, Oxchuc, Tenejapa, Zinacantán, Tumbalá, Chenalhó, Tuxtla Gutiérrez y Yajalón según los últimos datos brindados por la Unidad Regional de Culturas Populares Indígenas y Urbanas de Chiapas.
Si bien es cierto, la capital no es el lugar favorito para vivir de éstas personas, quienes arriban desde sus pueblos originales lo hacen con la intención de una mejor vida, pues afirman que tienen mejor desarrollo aunque no están tan cómodos como lo estarían en otras ciudades como San Cristóbal, Yajalón o en sus mismos pueblos donde la vida es más tranquila.
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La principal problemática que tienen estas personas es el tema laboral, pues según los datos arrojados en el último año en el Estado de Chiapas un 40.2% de la población indígena no recibe ingreso y el 42% recibe menos del salario mínimo en sus labores, que en la mayoría son domésticas, pues la preparación escolar con la que cuentan es nula, sabiendo solo escribir su nombre, sumar y restar, que es vital para sus negocios en donde se efectúa la compra y la venta de objetos o lo que producen.
La ciudad de San Cristóbal de las Casas es sin duda la preferida de los indígenas, pues ahí reciben turistas que generalmente llegan buscando artículos de los pueblos chiapanecos para fotografías y uso personal, por lo que llegar a esa ciudad garantiza incremento económico sin tener que cambiar mucho su forma de vivir.
No obstante, hay quienes buscan una mayor oportunidad y arriban a Tuxtla Gutiérrez Chiapas, donde el estilo de vida es completamente diferente, al ser una ciudad muy movida, por lo cual, se les complica un poco más adaptarse, no obstante, son las necesidades que los hacen cambiar, pues deben asegurar lograr el ritmo en sus distintas oficios de la capital chiapaneca.
Principales oficios en Tuxtla Gutiérrez
Debido a su cultura, los indígenas tienen la costumbre de trabajar para ellos, sin bien hay algunos que se emplean en labores domésticas, la mayoría de estos lo hacen con la intención de salir adelante y el ahorro que tienen lo utilizan para hacerse de cosas que puedan vender tales como telas, madera o incluso alimentos o golosinas y comenzando lo que aquí se le conoce como “emprendimiento” y que ellos le llaman “No quedarse sin comer” por lo que la mayoría de los oficios de estas personas de pueblo buscan tener una mayor sustentabilidad a futuro.
Verdulerías
El centro de Tuxtla Gutiérrez es el lugar que más concentra indígenas la mayoría ocupados en la venta de verduras como encargados de estos negocios, donde su habilidad en las matemáticas impresiona a cualquiera pues lo hacen con la intención de dar más rápido el cambio y agilizar las compras.
La mayoría de los dueños de estos negocios son los jefes de familia, aquellos que llevan más tiempo viviendo en la capital y que pudieron hacerse de un dinero para la renta del local y para el trasladado de productos, en su mayoría son ellos quienes recogen todas las verduras y frutas para economizar y tener más ganancias.
Don Jonás quien lleva más de 15 años viviendo en la capital chiapaneca tras arribar lo primero que hizo fue buscar algo que le diera la comida del día y una vez conseguido empezó a armar su verdulería que lo hizo traer a más familiares y así darles empleo, actualmente vive con su familia en Tuxtla y educa a sus hijos.
“Cuando vienes ves que todo es raro, todo es nuevo para ti, recuerdo que me puse a vender en los cruceros para no dejar de comer y ahí empecé ahorrando, cuando monté este negocio (Verdulería Esperanza) me fue tan bien que pude traer a mis hermanas y sobrinas, ahora mis hijos van a la escuela para tener algo que yo no tuve, la educación”.
Peluquerías
Otro de los oficios aprendidos por indígenas es la peluquería. En su mayoría ubicadas en el centro es tener una barbería, este negocio ya era económico desde tiempos atrás por lo cual, al ver la poca inversión, muchos de ellos aprovecharon y se hicieron de su negocio, abaratando los cortes más de lo normal, por lo que son sitios perfectos para trabajadores de escasos recursos, pues un corte cuesta 25 o 30 pesos a diferencia de las denominadas “Barber Shop” donde mínimo vale 100 pesos.
Los indígenas supieron aprovechar la baja renta de los equipos e hicieron con su negocio, no obstante, también debieron aprender a cortar cabello, pues son ellos quienes atienden el negocio y los que realizan los cortes a las personas que asisten a estas peluquerías. La más famosa de estas está en pleno centro y se llama Peluquería “El buen amigo”.
Tiendas o Misceláneas
Al igual que en las verdulerías, algunas tiendas de la capital chiapaneca son atendidas por personas originarias en la colonia Las Palmas a la altura de la Preparatoria No. 1 ahí existe una tienda o miscelánea que incluso de noche tiene venta de elotes. Los dueños son una familia que llegó hace más de 10 años con el sueño de fue tener un negocio propio que los ayudara a tener estabilidad. En este negocio todos los atienden, desde el papá al hijo más pequeño quien no está interesado en ir a la escuela pues quiere saber todo del negocio de la familia.
“Vine desde joven, empecé boleando zapatos en Palacio de gobierno. No paré de trabajar y ahora mi familia trabaja conmigo; mis hijos se quedarán con esto y es por eso que necesitan aprender todo, dónde se compran las cosas, cuánto se gana, cuánto se gasta y cómo se hacen las cosas. No siento que sea necesaria la educación pero sí ellos en algún momento me la piden, yo se la daré”. Señala don Rodrigo López, dueño del negocio.
Los chicleros
Otro de los primeros negocios que emprenden la mayoría de las personas que arriban a la capital es que comprar una caja y múltiples dulces lo que cuesta alrededor de 500 pesos pues si en dado caso logran venderlo todo, obtienen una ganancia de 2 mil 500 pesos. El único problema en esto es que hay caminar toda la ciudad para conseguir clientes, no obstante, para estas personas acostumbradas a las labores pesadas esto resulta fácil, por lo cual, prácticamente la mayoría empieza su vida en Tuxtla Gutiérrez con este negocio e incluso es lo que recomiendan a los que buscan venir prácticamente sin nada.
Cabe señalar, que incluso las personas de la capital chiapaneca y de otras ciudades replicaron esta fórmula al ver el resultado positivo que tenían, por lo que actualmente no solamente los denominados “chamulitas” son aquellos que tienen esta actividad, sino incluso jóvenes y adultos capitalinos se encuentran en los parques realizando la labor.
Aseadores de calzado
Al igual que el oficio anterior, este es de los más demandados y para iniciar invierten 100 pesos, lo que cuesta la cera y el trapo que se usa y en promedio por cada bote ganas alrededor de 300 a 400 pesos, por lo que es un ingreso bueno; además de ser menos demandante al anterior, pues solo hay que buscar un sitio aledaño a alguna oficina.
Tales como los chicleros, esta es otra de las primera opción que se toma cuando personas indígenas arriban a Tuxtla Gutiérrez sin mucho dinero para invertir
Venta de prendas bordadas o tradicionales
Tales como blusas, playeras, incluso hasta colchas, la venta de productos tradicionales a los pueblos indígenas sigue siendo un negocio para la mayoría de las mujeres que arriban a la capital y es que se las traen directamente fabricadas por sus familiares y para conseguir recursos la ponen en la venta; al no tener un local, su principal venta es en las calles, ofreciendola a mujeres que asisten al centro capitalino o afuera de los mercados.
Labores domésticos
Lavar ropa ajena, realizar aseos en viviendas, cargar bolsas del mercado, son opciones que de igual forma predominan entre las labores que realizan los indígenas en Tuxtla Gutiérrez; aquellos que realmente vienen sin un peso deben comenzar a generar
recursos para alimentarse, posteriormente con las ganancias pueden ir pensando en comprar cosas personales para empezar sus negocios, ya que como comentó don Jonás, no están acostumbrados a trabajar con alguien más y su cultura les exige a trabajar únicamente para ellos, por lo que no se quedan mucho tiempo con estos empleos.
Negocios de comida
En la capital chiapaneca, los negocios de comida se han convertido en una especialidad quienes arriban de los pueblos. Sus ganas de trascender hacen que los alimentos que preparan tengan el sazón especial que le ha gustado a la gente de Tuxtla, por lo cual, son los primeros que los consumen o visitan.
En la entrada a la colonia Patria Nueva, se encuentran el famoso local de hamburguesas “Entre y coma”, que dirige una mujer indígena que vive ahí mismo, quien comenta que incluso ya la puso otro local en su pueblo natal y aunque no tiene tanta clientela le da emoción saber que tienen una sucursal en donde nació.
“Venimos con ganas de salir adelante, pero no nos olvidamos de lo que pasamos. Este puesto lo tengo también allá en Yajalón, ahí lo atiende mi hermano, aunque no es lo mismo, me gusta pensar que estamos haciendo bien las cosas y que vamos creciendo, ya tengo mi casa, mi familia y quiero dejarle aún más a mi hija” Nancy, dueña del negocio.
María, mejor conocido como “Cositas Chiapas” en instagram, es un caso especial de todos los anteriores y es que de manera sorpresiva, logró posicionarse en redes sociales con sus trazos y bordados, por lo que todo su material lo vende en redes sociales en donde ya tiene un total de 32 mil seguidores y vende distintos artículos, desde monederos, playeras hasta más cosas con la cultura del estado.
Este es un verdadero caso de adaptación pues logró posicionarse con una herramienta que en su lugar de origen contaba y lo hizo de una manera formidable a tal grado de poder comercializar con la misma.
Hay “Esperanza” por si la necesitan
En Tuxtla Gutiérrez existe un albergue dedicado personas indígenas llamado “La esperanza”, diseñado para que aquellas familias originarias de otras tierras lo puedan utilizar en caso de quedar sin un lugar donde dormir; sin embargo, las personas indígenas llegan a la capital chiapaneca con la intención de trabajar, por lo cual no lo utilizan, considerando que eso los haría sentirse cómodos por lo que trabajan buscando salir de toda la escasez de donde vienen para conseguir algo mejor.
En Tuxtla Gutiérrez, en cualquier lado de la ciudad te encuentras con estas personas indígenas, muy difícil de no reconocer. Son sus vestimentas típicas las que los identifican además de que casi siempre están hablando en sus lenguas; algo de admirar por parte de estas personas es que nunca se han metido en ningún tipo de problemas y es que a pesar de que a veces o no todos puedan llegar a ser amables, en redes sociales no hay ningún caso de violencia o de robo provocados por estas personas que llegan desde muy lejos, hacia la capital chiapaneca, con la única intención de trabajar.