El fin del “Buen Fin”

Hasta las carnicerías aprovecharon el “fin de semana más barato del año” que ayer culminó

ERICK SUÁREZ

  · lunes 19 de noviembre de 2018

Con la revalidación de la hegemonía de las tiendas departamentales y el giro comercial; con ofertas y promociones más mesuradas; y con más “mirones” que compradores. Así terminó ayer en el centro de Tuxtla Gutiérrez el “Buen Fin” 2018, el denominado “fin de semana más barato del año” del que sacaron provecho hasta las carnicerías.

El recorrido llevado a cabo ayer por el primer cuadro de la ciudad refrendó las observaciones asentadas en el texto publicado en este rotativo el sábado pasado, que tuvo como referente a las plazas comerciales más antiguas del poniente de la capital.

La más notoria: al programa entraron más franquicias, supermercados y tiendas departamentales y de autoservicio que negocios locales. Por ello, por ejemplo, casas de empeño, establecimientos con venta de equipo de telefonía y zapaterías permanecieron abiertos, en tanto que librerías, agencias de viajes, papelerías y expendios de revistas y del giro de alimentos y bebidas no trabajaron. Para esas unidades el “Buen Fin” pasó desaparecido, como la consulta infantil y juvenil a la que el Instituto Nacional Electoral (INE) convocó en este “puente”.

¿Por qué ese contraste en la participación? Nadie sabe. Algunos dicen que por las facilidades de pago. Mientras un almacén y hasta una carnicería de cadena tenía descuentos de hasta 70 por ciento o transacciones a meses sin intereses en mercancía seleccionada, un “ciber” o una pequeña zapatería o apenas alcanzaba a ofrecer un 10 por ciento de descuento. ¿En dónde había más gente? En los lugares en los que podía ejercerse el crédito.



Esas promociones más el popular “2 por 1” fueron las estrategias más usadas por los proveedores ubicados en el corazón de Tuxtla Gutiérrez en la octava edición del “fin de semana más barato del año”. Esas promociones eran tan recurridas que algunas empresas pecaron de obviedad, como un negocio localizado sobre la Avenida Central que comercializa productos provenientes de China que daba la bienvenida a los clientes con una lona con la leyenda: “Precio de mayoreo en la tienda a partir de una pieza”.

Sin embargo, el aspecto que marcó la diferencia entre el “Buen Fin” de las plazas comerciales más antiguas del poniente de la ciudad y el de muchos establecimientos que operan en el primer cuadro de la ciudad no fueron las promociones, o el prestigio el expendio sino la demanda. Mientras en varios negocios que tienen su domicilio en alguna de esas plazas había aglomeraciones y la gente consumía, en los establecimientos que funcionan en el corazón de la capital podía o no haber clientes, y cuando estaban presentes con frecuencia sólo miraban.

Entre tráfico, claxonazos, filas en cajeros, obras viales en pleno día y la incertidumbre de la superación o no de la meta de ventas. Así culminó la octava edición del llamado “fin de semana más barato del año”, el último de este sexenio. Próxima parada comercial: las fiestas decembrinas.