Don Miguel Ángel Camacho Hernández es un ciudadano de Tuxtla Gutiérrez que se hizo comerciante a los 13 años de edad. Ahora, su empresa de ropa lleva 54 años en el mercado. Llegó procedente de Puebla y se asentó en la capital de Chiapas. Él asegura que la clave del éxito en medio de la modernidad y la globalización ha sido la atención personalizada a sus clientes.
En entrevista, cuenta que comenzó en el comercio trabajando con un tío en 1962, vendiendo en la calle, en la cuarta avenida sur, mientras cursaba el segundo año de secundaria. Decidió inscribirse en el Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas, trabajando en el puerto de ropa por las mañanas y asistiendo a la escuela por la tarde. Con el tiempo, su tío y él fueron progresando, y a los 17 años de trabajar con su familiar, decidió vender en las ferias de los pueblos, en municipios como San Cristóbal de las Casas, Tapachula, Comitán de Domínguez, Mapastepec, Arriaga, Huixtla, Escuintla, entre otros. En 1970, instaló su propio negocio frente al Mercado Público Municipal Gustavo Díaz Ordaz, un centro de abasto que también estaba comenzando.
Los comercios de Tuxtla Gutiérrez han sido disciplinados. Ahora, existen negocios que provienen de otros estados, como el Estado de México y Puebla, formando un gran cinturón del comercio informal, permitido por el presidente municipal en turno y la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo. Sin embargo, la empresa de Don Miguel Ángel Camacho ha logrado mantenerse durante 54 años gracias a la calidad de su servicio y a la lealtad de su clientela de todo el estado.
Antes de la pandemia de COVID-19, que llegó en 2020 a Chiapas, su empresa vendía entre 20,000 y 25,000 pesos diarios. Ahora, las ventas oscilan entre 3,000 y 4,000 pesos al día. Han recortado personal y ahora trabajan con un solo empleado y su hijo. Aunque los antiguos clientes han ido trayendo a sus hijos y estos, a sus propios hijos, la empresa sigue subsistiendo gracias al buen trato y la atención personalizada. Su local se encuentra en la calle Central, entre la tercera y cuarta avenida sur, en el centro de Tuxtla Gutiérrez.
Don Miguel Ángel sostiene que el éxito de su empresa radica en la fidelidad de los clientes. “No hay más éxito en las empresas que la atención de los empresarios. Los clientes son lo primero, nosotros estamos después. Nos interesa la clientela”, afirma. Agradece haber llegado a Tuxtla Gutiérrez en su adolescencia y haber podido establecer su negocio.
En su empresa, también se realizan ventas al mayoreo y medio mayoreo. Muchos de sus compradores han logrado formar sus propios negocios y, con ello, generar prosperidad para sus familias. Don Miguel Ángel sostiene que el éxito está en la atención de calidad, y pide que se ordene el comercio informal, pues hay una invasión de banquetas que afecta a las empresas formales. “Lamentablemente, hay empresas que alientan el comercio ambulante. Como empresas formales, deseamos que haya orden”, subraya.
Su deseo es que su empresa siga trascendiendo. En 1991 y 1992, como presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Tuxtla Gutiérrez, participó en el ordenamiento del comercio ambulante. “Si se quiere, se puede. Si se tiene voluntad política, es posible”, concluyó.
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