Metanfetaminas ganan terreno entre los jóvenes de Chiapas

Popularmente también se les conoce con el nombre de “speed”, “meth” y “chalk” o bien “hielo” o “crystal” si se consume fumada

Thiaré García / El Heraldo de Chiapas

  · lunes 2 de septiembre de 2024

En los últimos 10 años el consumo de drogas ha aumentado de forma considerable / Foto: Thiaré García / El Heraldo de Chiapas

Entre las drogas más consumidas por jóvenes en Chiapas están la marihuana, cocaína y las metanfetaminas del tipo Crystal, siendo esta última sustancia la tercera más consumida, de acuerdo con José Antonio Chiñas Vaquerizo, director del Centro de Integración Juvenil (CIJ) de Tuxtla Gutiérrez, indicando que en el periodo de 2004 al 2024, se ha notado gran alza en el consumo.

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El sexo femenino ha sido en los últimos meses uno de los más preponderantes en el consumo de estas sustancias tóxicas, mientras que el sector más vulnerables son los infantes juveniles de 12 a 19 años, aunque son los que más piden ayuda.

Dijo que Tapachula, destaca en consumo por ser más vulnerable, ya que al año atienden 250 pacientes en el rango de edad de 12 a 29 años, de los cuales 51 usuarios son mujeres y el resto hombres, mientras en Tuxtla Gutiérrez a pesar de ser capital son 900 mil jóvenes y solo el 20 por ciento es consumidor de sustancias ilícitas.

De acuerdo con Karen Moreno, fundadora de los CIJ, a nivel nacional se ha notado que en los últimos 10 años el consumo de metanfetaminas ha aumentado considerablemente, siendo la droga más reportada por quienes acuden a los CIJ. Tan sólo en Chiapas en el 2018 se reportaba un 8.7% pasando en el 2021 a un 57.3%.

El consumo de estas sustancias tóxicas suele ser muy adictivo / Foto: Thiaré García / El Heraldo de Chiapas


Testimonios de consumidores de cristal

Óscar es un joven tuxtleco, en entrevista comenta que proviene de una familia unida y de buenos recursos económicos, pero él comenzó a consumir marihuana a los 12 años, por las malas amistades. Dos veces estuvo internado en un centro de rehabilitación, y a decir de él mismo el Cristal ha sido de las drogas que más le costó superar, ya que es muy adictiva.

“Es muy fácil encontrarlo, conseguirlo y consumirlo, en donde quiera lo consigues (...) cuando lo consumía sentía dormido el brazo derecho y que mi corazón me iba a estallar”, comenta.

Dice que el consumo de esta droga es muy adictiva, pues mientras más le introduces al cuerpo más te pide. Cuenta que con el tiempo comenzó a notar cambios físicos, se veía ojeroso, chupado e inició con problemas cardiovasculares. E indica que pese a no tener motivos para echarse a perder, solo por gusto probó otras drogas como "chemo" (resistol), thiner y estuvo inmerso en pandillerismo.

Las cuentas bancarias de los papás de Óscar comenzaron a verse en ceros, pues con tal de comprar drogas se las vaciaba. “Lo consumía en foco o pipa especial transparente, también vendían "crico" (metanfetamina en forma de píldora o roca brillante) y cada vez se vuelve más fácil conseguir”.

Tiempo después logró tocar fondo, tras sufrir dos preinfartos y llegar al borde del intento de suicidio, además se enteró que cuatro compañeros con los que consumia drogas habían fallecido y tiempo después otros tres más. Actualmente quiere retomar su carrera de Ingeniería Agroindustrial.

Erick, es originario de Río Grande, Oaxaca; actualmente radica en la capital chiapaneca, donde hace un año estuvo recluido en un centro de rehabilitación por consumo de Cristal. A él la vida no le pintó tan bien, pues a los 15 años emigró a los Estados Unidos en busca de una mejor vida junto a sus padres.

El país vecino le abrió las puertas a nuevas oportunidades pero las desaprovechó, comenzando a tirarse al vicio del alcohol, pues asegura que solo consumiendo eso no se metía en problemas, pero después quiso probar el Cristal, y en su estancia en el país norteamericano conoció un grupo de jóvenes que sin problema le dieron la sustancia.

“Al principio la reacción era plena, pero me descontrolé y comenzaron los delirios de persecución, la pérdida de memoria, la pérdida de apetito, comencé a actuar de una manera diferente (...) mi mente se deterioró y perdí el control”, indica en entrevista.

Roberto, es otro caso que pone en evidencia el consumo de metanfetaminas. Él es originario de Tehuantepec, Oaxaca y proviene de una familia alcohólica, donde perdió a su padre a los 10 años a causa de cirrosis hepática.

Él al igual que Erick emigró a Florida, Estados Unidos y a los 22 años comenzó a adentrarse en el mundo de las drogas consumiendo cocaína, al juntar suficiente dinero se regresó. Comenzó a trabajar en su municipio y después una empresa constructora lo contrató, pero a los 36 años conoció el Cristal, ya que quienes le contrataron eran consumidoras de esa sustancia y ellos se la presentaron.

"Para mi el cristal en muy poco tiempo afectó toda mi parte física y emocional. Me quitó todo lo bueno de mi vida, consumir suficiente cantidad en tampoco tiempo me afectó pues era de día y de noche. Las venas se me veían y me fue chupando," citó.

A decir de los tres, el Cristal es una droga difícil de dejar por lo que se han tenido que enfrentar y luchar contra ellos mismos ante la necesidad de recaer, pero la lucha de querer salir adelante y superarse ha sido su motor diario para vencerlo.

De acuerdo al informe mundial sobre la drogas, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra Droga y Delito (UNODC) cerca de 362 millones de personas en todo el mundo utilizaron drogas durante el último años, proyectándose para 2031 un 11 por ciento de alza por consumo de drogas a nivel mundial.

Mientras tanto el Observatorio Ciudadano en el estado de Chiapas solo el primer cuatrimestre en el 2022 presentó un alza significativa superior a los 400 puntos porcentuales, colocando a la entidad en quinto lugar a nivel nacional, reportando 14 casos diarios.

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