En la 2da Poniente, entre 5a y 6a Sur de Tuxtla Gutiérrez, se encuentra Doña Elena Reyes Gálvez, una mujer de 73 años que ha dedicado toda su vida a la elaboración de dulces típicos de la región. Desde las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde, Doña Elena ofrece sus dulces con una sonrisa que refleja su amor y dedicación a este oficio.
"Yo ya tengo 28 años trabajando acá, los dulces más que nada, yo trabajo los dulces, vendo lo que son las palanquetas, los cacahuates garapiñados, las pepitas con sal y las pepitas con chile", comenta Doña Elena.
No solo se ha vuelto conocida por vender en la calle, sino también por el sabor y la tradición que impregna en cada dulce. Ciudadanos y turistas la buscan para eventos sociales, donde elabora dulces de temporada, como higos, chilacayote y durazno en dulce.
"Para eventos también, porque ahorita no hay mucho entrega, pero sí, para eventos salen estos dulces a la venta. También preparamos los higos, el de chilacayote, el durazno con dulce, todo su tipo, en la temporada es que lo trabajamos", explica Doña Elena.
A pesar de que los meses fuertes son en temporadas vacacionales, Doña Elena sale a vender diariamente, pues es su sustento. "La temporada alta es diciembre, y todo santos. Los días festivos, esos, ya estos, es el mes es el bajo para nosotros, que se baja un poco la venta, pero nunca te quedas sin nada. Porque si trabajamos con la fe de Dios, pues acá salen, para tu comida, para los gastos, también para el material tiene que salir", dice con esperanza.
Además de vender en la calle, se ha ofertado a través de la página de Facebook, donde un joven le ha hecho favor de subir su venta, además de un número de teléfono 961 181 8365 para pedidos especiales.
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A pesar de que sus hijos ya no quieren que trabaje, Doña Elena se siente útil y feliz con lo que hace, ganando poco, pero seguro. Por ello, invita a la ciudadanía y a los turistas a visitar su puesto y probar los dulces típicos de la región que con tanto cariño elabora.
Doña Elena, con su labor diaria, no solo endulza la vida de quienes prueban sus dulces, sino que también mantiene viva una tradición que ha pasado de generación en generación, reflejando la rica cultura gastronómica de Chiapas.
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