Este 30 de marzo se celebra el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, quienes han dedicado su vida al trabajo en casas particulares para mantener a sus familias. En este contexto, Ana Martina Vázquez Solva comparte su experiencia trabajando en casas durante muchos años.
Desde los 20 años, Ana se dedicó a la limpieza de casas para poder mantener a sus hijos, Román y Lupita, ya que es madre soltera. Los pequeños la acompañaban desde temprana edad y también la ayudaban en las labores del hogar.
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Hace unos años, Ana tuvo que dejar de trabajar debido a que enfermó de Síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad que afecta los nervios y el sistema inmunológico. Esta etapa fue muy difícil para ella, ya que no podía moverse, hablar, ni siquiera cerrar los ojos, tenía el cuerpo paralizado.
Con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada, "Doña Anita", como la conocen, recuerda estos años como los peores de su vida. "Es algo que aún sigo superando, no puedo, solo de recordarlo me cuesta, estar postrada en esa cama fue difícil para mí, sin poder mover ninguna parte de mi cuerpo, pensé que me moriría", dijo Ana.
Durante este proceso, el Dr. José Luis le brindó consultas gratuitas durante un año y medicamentos para ayudar en su recuperación, ya que ella no contaba con los recursos económicos necesarios. Necesitaba de trasplantes de plasma para que su recuperación fuera más fácil, pero ante la falta de recursos no podía recuperarse. Sin embargo, con la ayuda de ese doctor logró avanzar en su recuperación.
Ana vive en la colonia Terán, en una casa rentada junto a sus hijos, su madre de 83 años, de quien también se hace cargo, y ella misma. Román, de 20 años, estudia la carrera de Ingeniería en Sistemas Computacionales, mientras que Lupita, de 16 años, estudia enfermería en el Conalep.
Ana trabaja los lunes, jueves y algunos fines de semana. Se hace cargo de los gastos de la casa y asegura que la mayoría de sus patrones han sido muy buenos con ella, brindándole tanto ayuda económica como apoyo moral. También ha trabajado en escuelas de la capital chiapaneca.
A pesar de su larga trayectoria laboral, Ana nunca ha tenido acceso a seguro social, por lo que cuando ella o sus hijos se enferman, deben solventar los gastos médicos por su cuenta.
Finalmente, Ana Martina menciona que sus hijos han sido su motor y su principal motivación para seguir adelante. Hoy en día, sus hijos trabajan en una panadería y ya pueden ayudar a Ana con los gastos, lo que ha aliviado su carga.
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