Algunos establecimientos que comercializan combustibles en el estado emplean mecanismos en las bombas para supuestamente alterar la medición del volumen de producto despachado, confirmó ayer la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Al presentar los últimos resultados del operativo permanente de verificación que implementa en esos negocios, informó que durante una inspección efectuada el sábado pasado detectó en tres dispensarios de un centro de distribución que opera en el municipio de Acala “elementos ajenos a los sistemas de medición”.
En ocasiones anteriores, la institución detalló que esos dispositivos también conocidos como “rastrillos” supuestamente sirven para “rasurar” los litros que de energéticos entregados. Esta es la primera vez que en el marco de esa campaña de vigilancia que tiene poco más de un mes, la Profeco halla artefactos de ese tipo en unidad que tienen su sede en Chiapas.
El expendio está ubicado en el kilómetro 30 de la carretera Tuxtla-La Angostura, es denominado “Carlos Cesarín Ortega Trujillo” y su número de permiso es PL/9996/EXP/ES/2015. Tras el hallazgo, la dependencia “procedió a la inmovilización de las posiciones de carga comprometidas por dicha alteración”. La información sobre el caso está disponible en la página en internet de la Profeco.
Como parte del operativo aludido, la dependencia anunció que la semana pasada descubrió en Chiapas una gasolinera que no otorgaba litros de litro. Asimismo, durante el mes pasado halló otra franquicia que superaban el error máximo tolerado volumétrico aunque a favor del usuario, es decir, en este caso el establecimiento despachaba más producto que el debido.