Alrededor de 600 personas que han huido de la violencia que se vive en sus municipios se han refugiado en distintos sectores de la capital chiapaneca, informó Gilberto Hernández García, sacerdote de la parroquia de San Roque y director de Cáritas de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez.
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Las personas provenientes de municipios de la Sierra y Frontera de Chiapas han sido apoyados por la comunidad católica de la ciudad capital.
En los últimos meses, grupos criminales han sostenido una disputa por el control territorial de las regiones Sierra y Frontera de Chiapas, lo que ha causado el desplazamiento de habitantes, quienes ante el temor de la violencia han abandonado sus hogares, huyendo hacia distintas partes de la entidad, de las cuales, al menos 80 familias han encontrado refugio en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, de acuerdo con el párroco Hernández García.
En entrevista, el encargado de la parroquia de San Roque y director de la organización Cáritas, explicó que han otorgado el apoyo a por lo menos 80 personas desplazadas de municipios en violencia, principalmente de Chicomuselo. Él párroco reconoció que el número exacto es difícil de contabilizar, sin embargo tiene una estimación de que al menos 80 familias compuesta por 600 personas se han asentado en la ciudad capital.
“El número es difícil de contabilizar, sin embargo, directamente con Cáritas estamos atendiendo alrededor de 80 personas... Aquí en la ciudad serán también alrededor de 500 o 600, personas, 80 familias que son muy numerosas, pero muy, muy numerosas”, dijo el sacerdote.
El párroco explicó que no existe un centro de acogida para los desplazados, sin embargo, este número se ha contabilizado a través de las personas que se han ubicado en los distintos sectores de Tuxtla Gutiérrez y han buscado a través de algunas de las iglesias católicas que hay en la ciudad.
“No tenemos un centro de de acogida, lo que hemos hecho a través de las parroquias es ubicarlos por zonas (...) hay algunas capillas de referencia donde la gente llegan ahí para tener servicios de parte de esas parroquias, como ropa como medicamentos como algo de víveres”, dijo el padre.
Reconoció que los refugiados vienen principalmente del municipio de Chicomuselo, sin embargo también hay habitantes de otras localidades que han sido azotadas por la violencia del crimen organizado y grupos de autodefensa, los cuales han ganado presencia en la región sierra de Chiapas.
“Vienen por lo general gran cantidad de Chicomuselo, algunos de Montecristo, algunos de La Concordia, de Motozintla, algunos de Tila, algunos de Frontera Comalapa, de Amatenango, etcétera”, explicó el párroco Gilberto Hernández.
Hernández explicó que además de los desplazados en la ciudad, se han establecido campamentos apoyados por las parroquias en La Concordia y en la comunidad de Independencia, donde se estima que hay cerca de 600 personas refugiadas. Las parroquias mantienen comunicación para atender las necesidades de estas familias.
El miedo y la angustia son sentimientos comunes entre los desplazados, quienes llegan con pocas pertenencias tras haber huido de sus comunidades por la violencia. A través de las pláticas con las familias desplazadas, la iglesia ha identificado que las víctimas viven con temor debido a las situaciones que experimentaron en los últimos meses.
“Vienen con mucho miedo, aunque no los están persiguiendo, aunque no los estén buscando, pero traen cargando el miedo porque han visto las balaceras, han escuchado, han recibido amenazas, han sido violentados por salir de sus comunidades con pocas cosas. Agarrando lo que se puede de sus pertenencias y salir corriendo, entonces están en angustia tremenda”, relató el sacerdote.
Este medio contactó con una familia, la cual en su vivienda brinda el refugio a 45 personas provenientes de la cabecera municipal de Chicomuselo. Estas personas se encuentran viviendo con bajos recursos, por lo que hicieron un llamado a la ciudadanía a brindar el apoyo con donativos como víveres.
Los desplazados han mostrado una actitud temerosa y desconfiada, preocupados por las represalias qué puedan tener a mostrarse. Una de las agraviadas teme incluso al propio gobierno estatal, al cual culpó y calificó de cómplice de la ola de temor que sacude Chicomuselo.
“Ya no queremos apoyo, queremos una respuesta que nos dé el gobernador para regresar a nuestras tierras. Que vayan a mostrarlo y que dejen también a todos esos que mandan, los soldados, a seguir haciendo el crimen. Hace seis años llegó a Chicomuselo a prometer prosperidad y solamente acabó con el pueblo”, señaló una de las afectadas.
Otro de los desplazados, quien es de la tercera edad, relató que junto a su familia salieron huyendo de la violencia, sin tener la oportunidad de recoger sus pertenencias, dejando sus hogares y sus tierras totalmente abandonadas.
La organización Cáritas busca implementar proyectos de autoempleo en cooperativas para mujeres que saben hacer productos, como queso y pan. El objetivo es que los desplazados puedan generar ingresos y aliviar un poco sus condiciones económicas, ya que muchos de los varones han logrado emplearse en la construcción, pero no es suficiente para mantener a sus familias.
Hernández hizo un llamado a las autoridades para que garanticen la seguridad en las comunidades rurales, ya que muchas personas desplazadas sienten que están solas ante la violencia. “Nos dicen que aunque ven a la Guardia Nacional o al Ejército, sienten que no los están protegiendo”, agregó.
Recientemente, el pasado viernes 13 de septiembre, más de siete mil personas participaron en una peregrinación, donde caminaron por la Avenida Central de Tuxtla Gutiérrez para hacer un llamado a la paz y pedir por el término de la violencia del crimen organizado en los distintos municipios de Chiapas.
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