Tuxtla Gutiérrez.- Durante el año pasado, el gobierno de Estados Unidos efectuó 11 mil 528 deportaciones de migrantes mexicanos originarios de Chiapas. Representó un alza de 45 por ciento en comparación con 2017. La entidad ocupó el quinto lugar en la clasificación general en la materia. Fue el monto más alto del último trienio y de la administración del presidente Donald Trump.
Por medio de un reporte, la Secretaría de Gobernación federal (Segob) informó que marzo, noviembre y abril fueron los meses en los que ocurrieron más devoluciones, mientras que junio, julio y diciembre fueron los meses con menor actividad. El estado superó o casi igualó a entidades con mayor tradición migratoria, como Veracruz y Puebla.
El docente de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), Campus Chiapas, Raúl Martín Domínguez Molina, dijo que el regreso de un migrante beneficia y también perjudica tanto al mercado emisor como receptor. Por ejemplo, ante las políticas proteccionistas los compatriotas que viven en Estados Unidos trabajan más y envían más dinero al país, sin embargo consumen menos en la Unión Americana.
No obstante, cuando un coterráneo retorna hay un impacto en las remesas, que están dentro de las cinco principales fuentes de captación de divisas para México, junto con el turismo, la inversión extranjera directa y las exportaciones automotrices y petroleras, afirmó.