Daños estructurales en embovedados

Resultados determinarán políticas públicas al respecto, dice el Colegio de Ingenieros

ERICK SUÁREZ

  · lunes 14 de enero de 2019

El dirigente del Cicch, Hugo Adrián de la Cruz./Alejandro Estrada

Grave deterioro es lo que sufren algunas de las planchas de concreto que cubren algunos de los afluentes que corren en Tuxtla Gutiérrez, anunció ayer el presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Chiapas (Cicch), Hugo Adrián de la Cruz Vázquez.

Dijo que la información forma parte de los resultados preliminares de las visitas de inspección que desde hace meses practican en los acuíferos embovedados que cruzan la capital, emanado de un convenio que la organización firmó con la Secretaría de Protección Civil Municipal (SPCM) durante el año pasado.


LA VERIFICACIÓN

El acuerdo fue verificar la infraestructura de tres de los 20 cuerpos de agua que están en esa condición: los arroyos San Roque, Cerro Hueco y Santa Ana. Durante los recorridos llevan a cabo dictámenes estructurales e hidráulicos. Participan estudiantes y agremiados con diversas especialidades, previa capacitación de elementos de la SPCM porque “son lugares que no son fáciles. Hay gases. Hay fauna nociva”, afirmó.



Dio a conocer que hasta el momento hallaron que los gases que surgen en los terrenos encerrados causaron daños estructurales. “En algunos casos el acero está prácticamente corroído”. Algunas de esas instalaciones tienen 40 años o más en funciones. Paradójicamente, algunos lugares construidos con ladrillos están en mejores condiciones que los creados con acero, aseguró.

Este marzo estarán publicándose los resultados de las visitas de inspección al embovedado del arroyo San Roque, el único afluente que fue revisado en su totalidad y que era prioritario verificar, admitió.

Comunicó que los resultados ayudarán a las autoridades municipales a establecer la política púbica en materia de embovedados para este sexenio. En la actualidad hay una predisposición a prohibir el encierro de los acuíferos.



“En su momento se consideraron una solución práctica, pero ahora van en sentido contrario. Ahora la tendencia es conservar los arroyos, los escurrimientos naturales, si se pueden llenar de vegetación y sobre todo tratamiento (del agua), que no estén contaminados”, puntualizó.