De 2015 a la fecha en el estado la industria de la construcción cayó 36.7 por ciento, según el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Chiapas, Manuel Felipe Pardo Pastrana.
Dijo que el último año en que ese sector tuvo un resultado positivo fue en 2015. En ese ejercicio la construcción repuntó 2.3 por ciento. De ahí en adelante, la industria sumó mermas seguidas: 6.2 por ciento en 2016, 14 por ciento en 2017 y 16.30 por ciento hasta el tercer trimestre de 2018.
Esa es una de las razones por las que la economía de la entidad lleva varios años en una tendencia decreciente, o mejor dicho, en recesión. “La construcción es un motor de desarrollo”, afirmó.
FALTA DE OPORTUNIDADES
A la coyuntura en el que dicho sector está inmerso hay que añadir los problemas cotidianos. Algunos están acentuándose en este nuevo sexenio. Uno de ellos es la falta de oportunidades para ejecutar obra pública. La invitación restringida a los concursos de proyectos como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas, Tabasco, es una muestra de ello.
Las empresas mexicanas tienen la capacidad para participar en iniciativas de ese tipo. Hay que abrir esas licitaciones en pro de la transparencia y para que los beneficios de la derrama generada puedan maximizarse, aseveró el vicepresidente de la Comisión de Infraestructura de la Cámara de Diputados, Carlos Morales Vázquez.
Para que esa industria salga del bache, de acuerdo con Pardo Pastrana, el estado requiere un plan de reactivación económica que tome en cuenta a la construcción, acompañado de la aplicación y fortalecimiento del Estado de derecho y la aceleración del gasto público.
“Es necesario regresar la confianza en el Estado que se había perdido. Si no existe Estado de derecho se pone en entredicho cualquier avance que haya en otras áreas. Es importante que el Estado de derecho siga vigente”, afirmó.