Rafaelo, es el gato que llegó a las oficinas del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) en libramiento norte oriente, del abandono en que vivía paso a sus mejores tiempos, del hambre y sed que padecía, pasó al buen acogimiento, al bien comer y bien vivir, llegó desnudo y ahora presume la mejor ropa, nadie como él, es el único en esa institución que puede presumir la posibilidad de dormir en el escritorio.
Lleva tres años y medio a casi cuatro, llegó de meses o semanas de haber nacido, se escondía en el sótano, comenzó a crecer, los trabajadores le empezaron a traer comida, croquetas o sobres purina, whiskas, se mantenía en el sótano, conforme creció subió a las oficinas de los juzgados de los tres edificios, A sede del consejo de la judicatura, presidencia y administración; B, alberga juzgados y el C salas, instituto de formación, protección civil y administración.
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El fin de semana, desde la tarde del viernes se queda solo, los policías privados que resguardan el edificio son los encargados de darle alimento, agua, muy cobijado, Rafaelo, nombre que el personal le puso, es bien atendido los días que el personal no está en el edificio, duerme en el escritorio del consultorio médico.
Su comida se coloca en pequeños trastes en el edificio, en varias partes encuentra comida, está esterilizado, desparasitado, vacunado, tiene su guarda ropa, constantemente lo están cambiando, le han cambiado su guayabera azul, bordado artesanal, tiene muchas prendas, dos veces por semana se cambia.
Un teclado de computadora y una colcha es su mejor almohada, para el mejor descanso, ya tiene varios meses en el edificio, alguien pensó echarlo, sin embargo, el presidente del Poder Judicial del Estado, el magistrado Guillermo Ramos Pérez, abogó por él, así que Rafaelo seguirá siendo parte de esta institución, dónde con frecuencia le sirven la mejor comida, agua y le cambian la mejor ropa.
Es un gato que unos trabajadores en la oficina dicen que es de color pardo, otros que es de color amarillo, blanco en la panza, siempre le cambian de ropa, a veces viste de color azul, en otras ocasiones una ropa de varios colores, de cuadros cafés, usa ropa bordada de manera artesanal, dicen que es bastante quieto, sobre todo, después de comer, no falta que alguien lleve sus alimentos.
En las redes sociales aplauden la idea de que el presidente del Poder Judicial, Guillermo Ramos Pérez, cómo abogado, haya defendido a Rafaelo para decidir que se quede en las oficinas, sus espacios es siempre aseado por el personal de la empresa privada que realiza el aseo en todo el edificio.
Dicen que su presencia no afecta al personal, no inhibe en nada el desempeño de las responsabilidades del personal, más bien, es un buen distractor contra el cansancio y el estrés, muchos se encargan de que ande bien limpio, es juguetón, le gusta que lo acaricien, es dicen, un buen elemento que se quedó para siempre en el Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Dicen que eligió un buen lugar, porque ahí se vela por la justicia, por los derechos, de tal manera que también Rafaelo goza de esos privilegios, es muy querido, es muy bien alimentado y muy bien protegido, seguramente permanecerá por mucho tiempo en este espacio, aunque no le corresponde impartir justicia, está si está de su lado.