Jesús Andrade es un joven de 17 años originario de Venezuela, que tiene grandes sueños, ilusiones y esperanzas, le preocupa su situación, sin dinero, sin saber cuando el Instituto Nacional de Migración (INM) en la capital de Chiapas le podrá entregar su visa humanitaria para estar en condiciones de seguir su recorrido hacia la frontera norte de México, confía en que llegará el momento en que pueda ganar en dólares en los Estados Unidos de América.
El joven de cabello rizado y de barbas, siempre sonriente, se cuida y protege con su amiga Paola Barrios, de más de 28 años se acompañan en todo momento, uno está pendiente del otro tiene fe y confianza de que en algún momento saldrá de Chiapas a donde llegó hace seis meses en Palenque, luego lo llebaron en el grupo que viajaba a Monterrey Nuevo León, en seguida los enviaron a Tuxtla Gutiérrez.
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Andrade se enfrenta a la discriminación de mucha gente, dice que la sociedad cree que los migrantes son malos, que son delincuentes, sin embargo, afirma que no es así, aclara que son gentes de buen corazón, por el contrario, en la gasolinera del libramiento norte oriente frente a la Torre Chiapas Mesoamericana, ya no les rentan baños, al principio les cobraban cinco pesos, pero llegó el momento que les dijeron ya no será posible.
Luego les rentaban baños en un lavado de autos en la colonia Paso Limón entrada a Patria Nueva, junto a la Universidad Salazar sin embargo, llegó el momento en que les dijeron ya no será posible, por lo que siguieron buscando opciones y encontraron baños en el Parque de Los Niños Héroes pagando cinco pesos por persona cada ingreso.
Duermen la mayoría del grupo de unas 80 personas en cartones, en lona, en algunos trapos, en las banquetas del INM, en los camellones del libramiento norte, unos 20 son menores, unos 15 niños y niñas y aunque Jesús Andrade es un hombre grande, es menor de edad, no viaja solo, va con sus padres, José Andrade y Elluz Maraguacare otra dificultad para los tres es que su progenitora se fracturó el pié y ahora sus movimientos está sujeto a las posibilidades de movimiento de Maraguacare.
Jesús Andrade es interrumpido por su amiga Paola Barrios y esta reclama a un servidor público del INM que dice le ofreció una colchoneta pero no le cumplió, mientras que su amigo Jesús insiste que siguen soñando, siguen muy esperanzados porque hay varias razones, sus familiares en Venezuela, su deseo sacar adelante económicamente a sus padres, y porque Dios respalda a sus hijos que tanto ama, en quien confían y quien dice, les acompaña en su viaje a los Estados Unidos.