En 2010, el gobierno estatal a cargo de Juan Sabines Guerrero, puso en marcha un nuevo sistema de transporte en Tuxtla Gutiérrez, el cual fue bautizado como “Conejobus” y se caracterizaba por el uso de biodiesel como combustible, se trataba de un proyecto innovador.
Para el siguiente año, a este proyecto se sumaron unidades que brindarían el servicio de transporte público específicamente a personas adultas mayores y/o con alguna discapacidad; se trataba del servicio más barato y cómodo del país.
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El problema es que sólo circulaban tres unidades para toda la población que requería el uso de este servicio, lo que no ayudó a fortalecer la cultura del respeto, cuidado y apoyo a las personas con algún problema físico o adultos mayores.
Recordar que, en septiembre de este año, socios del Conejobús, del Sistema de Transportes Urbanos de Tuxtla, informaron que este trasporte, desaparecerá antes de que termine el 2019, debido a la falta de recursos y mala administración. (El Heraldo 30 de septiembre).
Aunque todavía circulan las unidades especiales para las personas con discapacidad, ahora sólo son dos y se encuentran en pésimas condiciones.
Otro de sus problemas es que los usuarios han llegado a esperar horas para que las unidades pasen y puedan ser trasladados a algún destino, lo que ha provocado que no sean una prioridad de uso, reflejando así que el proyecto fue un rotundo fracaso en materia de accesibilidad para los sectores vulnerables.