En un ambiente marcado por la reflexión y la penitencia, la comunidad católica ha dado inicio al tiempo litúrgico de la Cuaresma. Este periodo, que culmina en la Semana Santa, es considerado como un tiempo de preparación para la celebración de la Pascua, momento central en la fe cristiana, así lo informó el Monseñor Rodrigo Aguilar Martínez, Obispo de San Cristóbal y Administrador apostólico de la Arquidiócesis de Tuxtla.

Durante la Cuaresma, los fieles son llamados a la reflexión profunda de la Palabra de vida, a la penitencia y a la conversión. Es un tiempo en el que se busca un encuentro más íntimo con Dios y con los hermanos, siguiendo el ejemplo de Jesucristo.

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Ante ello indicó que el Papa Francisco, en su mensaje para la Cuaresma de este año, ha enfatizado la importancia de abandonar las ataduras opresoras que nos impiden vivir plenamente la esperanza y la fe. Nos invita a enfrentar el mal con las armas espirituales del ayuno, la oración y la limosna, destacando que el amor a Dios y al prójimo son inseparables.

En México, los obispos han hecho un llamado a la comunidad a ser conscientes de los desafíos que enfrenta el país, como la violencia, la pobreza, la corrupción y la impunidad. Se insta a no permanecer indiferentes ante el sufrimiento de los más vulnerables, como los migrantes y desplazados.

En este contexto, Mons. Aguilar Martínez, ha exhortado a los fieles a dejar atrás el pesimismo y la resignación, para trabajar juntos en la construcción de un país más justo y solidario.

La Cuaresma es vista como un tiempo de esperanza, bajo la luz de la Resurrección, que anima a seguir adelante en medio de las adversidades de la vida. Es un periodo de morir con Cristo para resucitar con Él en la Pascua, renovando la fe y el compromiso con los valores del Evangelio.