En los últimos años, los Altos de Chiapas han enfrentado un desafío creciente: la presencia y actividad del crimen organizado, que ha dejado una huella significativa en la industria turística local. Esta región, conocida por su rica cultura indígena, paisajes pintorescos y tradiciones arraigadas, ha visto menguar su atractivo turístico debido a diversos factores derivados de la criminalidad.
Los Altos de Chiapas, que incluyen municipios como Chenalhó, Oxchuc y Zinacantán, han sido afectados por la violencia asociada con grupos del crimen organizado, que se disputan el control territorial y recursos locales. Esto ha resultado en un aumento de la percepción de inseguridad entre los visitantes potenciales y en una disminución de la afluencia de turistas.
Los informes indican que las extorsiones a negocios locales, la intimidación a residentes y la violencia ocasional han ahuyentado a los turistas, quienes históricamente han sido atraídos por la belleza natural y la riqueza cultural de la región. Además, la falta de una respuesta efectiva por parte de las autoridades para controlar y prevenir estos actos delictivos ha contribuido a la desconfianza y la sensación de inseguridad entre los residentes y visitantes.
Esta situación ha tenido un impacto económico significativo en los Altos de Chiapas, donde el turismo representa una fuente de ingresos y empleo. La disminución de visitantes ha afectado directamente a los negocios locales, desde hoteles y restaurantes hasta comercios de artesanías y servicios turísticos, muchos de los cuales dependen del flujo constante de turistas para mantenerse operativos.
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A pesar de los esfuerzos de algunas comunidades locales y autoridades para fortalecer la seguridad y promover la región como un destino seguro, el problema persiste y continúa siendo un obstáculo para la recuperación del sector turístico en los Altos de Chiapas. Se requiere una acción coordinada y sostenida entre los gobiernos locales, estatales y federales para abordar este desafío y restaurar la confianza en la seguridad de la región.
El impacto del crimen organizado en los Altos de Chiapas se manifiesta no solo en términos de seguridad pública, sino también en el deterioro del sector turístico, amenazando el patrimonio cultural y económico de una región que tiene tanto que ofrecer al mundo.
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