A más de un año de la inauguración de la ciclovía en los Bulevares Ángel Albino Corzo y Belisario Domínguez, al Oriente y Poniente respectivamente de la capital chiapaneca, este sigue sin usarse con frecuencia por la población.
La obra tuvo un costo de 173 millones de pesos en 500 metros de distribuidor vial, cuya función principal era garantizar un tránsito estable para aquellos conductores en dos ruedas, además para generar una mejor educación vial a los automovilistas, ya que con las líneas de separación se condicionan a ambos conductores a manejar por sus carriles correspondientes y con ello evitar accidentes.
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Emanuel de Jesús es conductor del transporte colectivo y a diario transita por la zona de ciclovías del lado oriente, menciona que a raíz de esta obra que casi nadie usa, entre semana se genera un embotellamiento vial en la zona.
Luis Felipe, ciudadano de Tuxtla Gutiérrez considera que la obra no ha afectado sino al contrario es en beneficio y seguridad de los ciclistas, aunque a veces quienes hacen uso de esta vía son los motociclistas, por ello dice sería bueno replicar en otras zonas de la ciudad.
“No creo que nos haya afectado, es para mejora de los ciclistas a mi no me afecta, no me ha afectado… si lo utilizan”.
Eliseo López, usuario de la ciclovía dice que casi no usa esta vía durante el día, sin embargo, en la noche y los fines de semana le es funcional para salir a dar la vuelta en una zona segura.
Cabe destacar que entre semana y en hora pico, las y los ciudadanos se quejan en redes sociales sobre el tráfico vehicular que se genera en estas importantes avenidas, sobre todo en el lado Oriente, ya que al construir la ciclovía se disminuyó un carril para los automóviles.