El gran pendiente del gobierno federal en los últimos seis años es el campo, al que le quitaron los programas y solamente dejaron subsidios que no resuelven la producción y productividad; tampoco generan bienestar. De tal manera que la gran exigencia al gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo es rescatar al campo mexicano, dijo Álvaro López Ríos, dirigente en el país de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA).
Chiapas, hace algunos años, era un gran productor de maíz. No hay un censo de cuánta superficie se cultiva con maíz, ni el volumen de la producción, ni el valor, ni cuántos productores intervienen. Se cree que en seis años cayó la producción de maíz en el estado un promedio de un 40 por ciento, enfatizó López Ríos.
Los grandes problemas para el campo son la guerra entre Rusia y Ucrania, que disparó los precios de los fertilizantes; la pandemia del COVID-19, a partir de 2020, que generó un aislamiento social; dos años consecutivos de sequía; la reducción del presupuesto al campo; y la cancelación de programas de gran utilidad para los pequeños productores.
Vía telefónica, expuso que el reclamo es que se establezcan programas que contribuyan a la autosuficiencia y soberanía alimentaria. "Se quitó todo y ha sido un error haber reducido el presupuesto, ahora a los subsidios que no tienen seguimiento ni evaluación. Somos más importadores de granos y oleaginosas. Siendo país de origen del maíz, estamos importando, al final de este año, alrededor de 24 millones de toneladas".
Todos los estados del país que he visitado dan cuenta de la caída drástica en la producción, mientras que el precio del maíz está por los suelos porque al gobierno se le ocurrió abrir las fronteras y se ha cometido un daño enorme. En muchas regiones de Chiapas se producía para el autoconsumo y, en la actualidad, ya no hay tal sistema de producción. La región Fraylesca, que destacaba en la producción de maíz, ya bajó su volumen de cosecha y no hay precios de garantía, lo que ha llevado a muchos campesinos a abandonar las tierras, sustentó.
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Por otra parte, la producción de café en Chiapas también carece de apoyos de los gobiernos federal y estatal, mientras que la Organización Internacional de Café se ha convertido en un "cártel especulativo" en agravio de los pequeños y medianos productores. Por otro lado, no hemos tenido una política de apoyo, fomento a la cafeticultura o comercialización. En contraste, Nestlé ha tenido apoyos para elevar su producción de café soluble, café basura.
Sin que haya un censo actualizado en la cafeticultura, dicen que se cultivan 250 mil hectáreas en 88 municipios, pero ha venido en caída libre. Ante este escenario complejo, las organizaciones campesinas tenemos que organizar, educar y movilizar a la sociedad rural. Para los campesinos, que más allá de los subsidios sociales, el clamor es que para los próximos años haya apoyos directos a la producción para la autosuficiencia y soberanía alimentaria, insistió.
Lograr incrementar la producción no es un asunto de discursos, sino de inversión. Ahora está en liquidación Financiera Rural; al campo nos dejaron "jodidos". Lo que se necesita es organizar la inversión de recursos en el campo, puesto que regalar dinero que no es de uno es muy fácil. De lo que se trata es que haya cooperativas competitivas, generar ingresos y empleo a partir de una política correcta. Para el primer año de Claudia Sheinbaum, el reclamo es revisar los programas y las políticas públicas del sector rural, puntualizó.
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