En respuesta al desastre natural causado por el Huracán Otis en Guerrero, tres jóvenes paramédicos chiapanecos de la Cruz Roja Mexicana, sede Tuxtla Gutiérrez, se han destacado por su valentía y entrega en las tareas de ayuda y asistencia. Gustavo Alejandro Coello Najera, Osvaldo Martín Rosales Hernández y Ana Priscila Sánchez Avendaño, oriundos de Tuxtla Gutiérrez, han demostrado ser héroes voluntarios dispuestos a enfrentar los desafíos de la adversidad.
Cuando recibieron el llamado para brindar ayuda en Guerrero, Gustavo Alejandro Coello Najera compartió sus sentimientos encontrados: la oportunidad de ayudar a quienes lo necesitaban y la tristeza de no estar en condiciones de vacacionar, sino de enfrentar una situación de emergencia. Al llegar a Guerrero, se encontraron con un escenario caótico: un centro comercial y un estadio de béisbol completamente destruidos.
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Gustavo formó parte del área de comedor comunitario y distribución de alimentos, donde se enfrentó a la difícil tarea de preguntar a las personas cuándo fue la última vez que habían comido. Describió el ambiente tenso y la expresión facial desanimada de aquellos que habían perdido sus hogares y pertenencias. Durante dos horas diarias, se distribuían hasta mil platos de comida.
Osvaldo Martín, con 20 años de edad, también participó en el apoyo a Guerrero y compartió la experiencia agridulce de ayudar a quienes sufrieron daños catastróficos. Destacó la tristeza al ver a niños corriendo descalzos pidiendo agua, pero también la alegría de poder contribuir a mejorar la situación. Mencionó que los primeros días fueron difíciles debido al cambio de clima, pero a pesar de los desafíos, valoró la oportunidad de servir como voluntario.
Ana Priscila Sánchez Avendaño, otra paramédico chiapaneca, describió la experiencia como maravillosa. Como voluntaria de la Cruz Roja, participó en servicios médicos, distribución de alimentos y otras actividades para ayudar a los damnificados. Destacó la importancia de las donaciones y hizo un llamado a la ciudadanía para que siga aportando, ya que la magnitud del desastre sigue afectando a la población.
Sánchez Avendaño narró la devastación en lugares turísticos como Acapulco, donde hoteles, anuncios, tiendas y restaurantes quedaron destruidos. Hizo hincapié en la necesidad de llegar a lugares donde la ayuda es escasa y destacó la importancia de brindar servicio "de corazón a corazón".
Estos jóvenes paramédicos chiapanecos han dejado una enseñanza valiosa sobre el poder de la solidaridad y el servicio voluntario. A pesar de los desafíos, se sienten orgullosos de pertenecer al voluntariado de la Cruz Roja y enfatizan la importancia continua de las donaciones para ayudar a quienes más lo necesitan. Su dedicación y valentía son un ejemplo inspirador de humanidad en acción.