La Federación Mexicana de Organismos Públicos de Derechos Humanos que representa al sistema no jurisdiccional de protección de derechos humanos en el país, hace un llamado a las autoridades federales y locales para emprender una estrategia coordinada que garantice el derecho a la salud, desde el enfoque integral que comprende el bienestar físico, mental y social, de las niñas, niños y adolescentes para el regreso a clases atendiendo cuatro ejes principales.
El documento hecho público por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) a cargo Juan José Zepeda Bermúdez, demanda la preservación de los servicios de salud que atienden niñas, niños y adolescentes, desde un enfoque integral y de derechos humanos, que garantice la atención médica y medicamentos de calidad respecto de las enfermedades no transmisibles, tales como cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas, así como la garantía del esquema básico de vacunación universal.
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Atención continua, adecuada y de calidad a otras condiciones de salud, entre ellas, las referentes a la salud reproductiva y salud mental, el fortalecimiento en la prevención y atención médica emergente relacionada a Covid-19, reforzando la infraestructura y atención médica en clínicas y hospitales, transversalización del interés superior de la niñez y priorización del desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes en las políticas públicas de atención y mitigación del coronavirus Covid-19.
Piden al Estado mexicano cumplir con su obligación de adoptar las medidas necesarias, hasta el máximo de recursos disponibles, para garantizar el derecho a la salud en ese grupo de atención prioritaria en desarrollo.
La pandemia por Covid-19 ha tenido un mayor impacto en la salud física de las personas adultas y personas mayores, sin embargo, una valoración general de la salud integral de la población no puede dejar de lado a niñas, niños y adolescentes, en México, hay 38.5 millones de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años, que representan el 30.8 por ciento del total de las personas en el país.
Este tercio de la población que se encuentra en etapas cruciales de su desarrollo, ha tenido que enfrentarse a las medidas de confinamiento y cancelación de sus actividades principales, a lo que se suma la preocupación sobre el contagio propio o de algún familiar y las pérdidas fatales.
Además, en muchos casos, la afectación a los ingresos familiares ha generado contextos de precariedad significativa que también son una fuente de ansiedad y tristeza que incluso comprometen la alimentación.
Precisa que los impactos del Covid-19 en ese grupo pueden también valorarse a la luz de otros aspectos relevantes para la salud pública como son el aumento en la tasa de suicidio (37% en la población de 10 a 14 años) y la violencia familiar (24%), además, el Consejo Nacional de Población (CONAPO) ha señalado que el confinamiento provocó un aumento del 20% en la falta de anticonceptivos para mujeres adolescentes, lo cual trajo como consecuencia 21 mil 575 embarazos en adolescentes entre el año 2020 y 2021 en el país.
En cuanto a la afectación a la salud física de niñas, niños y adolescentes, puntualiza que es obligado hacer mención a la falta de acceso generalizado a medicamentos y servicios oncológicos, mismo que se ha agravado durante y con motivo de la pandemia, lo que incluso compromete la vida de muchos.
Al hablar de salud, por tanto, es preciso referirnos a ésta en su sentido más amplio, es decir, a la salud entendida no sólo desde la ausencia de enfermedades, sino como el estado completo de bienestar físico, mental y social.
Tal concepción permite ampliar el espectro de asuntos a atender desde la mirada de la salud pública de manera urgente y también preventiva, recalcó.