“El caso de Mario Gómez aún no está resuelto, aunque se tenga tres detenidos, la justicia no se ha dado de forma parcial hasta que se cuente con los nombres de los autores intelectuales y no solo los presuntos materiales”, informó Alexandra Ellerbeck, coordinadora del Programa de Norteamérica del Comité para la Protección de Periodistas.
Después de un diagnóstico efectuado por esta asociación y Reporteros Sin Fronteras del 9 al 13 de noviembre, argumentó que fue un gran avance que la Fiscalía del Estado se haya comprometido en la aprehensión de los presuntamente vinculados con el asesinato del corresponsal Mario Gómez, pero falta más por hacer y tener el nombre de todos los vinculados con este delito que mancha el derecho de la libertad de expresión.
Asimismo, destacó que han hecho una serie de recomendaciones para el gobierno del estado ante el clima de violencia presentado en zonas de riesgo como el municipio de Yajalón, donde falleció el reportero de este medio.
“Este asesinato impactó tremendamente al medio periodístico, no solo en Chiapas, si no a nivel mundial”, subrayó.
El análisis arrojó que en la entidad existe una serie de factores que frenan el ejercicio periodístico como los altos índices de violencia en algunas regiones, intimidaciones, amenazas, demandas judiciales, agresiones físicas y hostigamiento.
“Esta problemática ha provocado autocensura entre los reporteros que cubren la fuente de delincuencia organizada y corrupción en funcionarios”, destacó Balbina Flores Martínez, representante de Reporteros Sin Fronteras.
EFECTUARÁN MESA SOBRE CASO MARIO GÓMEZ
Indicó que han mantenido reuniones con el gabinete de transición encabezado por el gobernador electo Rutilio Escandón Cadenas, y llevarán a cabo una mesa de diálogo sobre el caso Mario Gómez para resolverlo cuanto antes.
Según las cifras de Reporteros Sin Fronteras, México se ha convertido en el país más mortífero para el ejercicio periodístico del hemisferio occidental, pues en este sexenio se han registrado 146 asesinatos de periodistas. Veracruz y el Norte son focos rojos, aunque se tiene un patrón de violencia generalizada en toda la nación.