Venustiano Carranza.- Después de semanas de bloqueos en varios puntos del municipio de Venustiano Carranza, la Organización Campesina Emiliano Zapata - Casa del Pueblo (OCEZ) ha decidido levantar las protestas en algunos sitios. Sin embargo, este levantamiento no se debe a acuerdos con instituciones públicas, sino a la urgente necesidad de los campesinos de trabajar en sus tierras para la siembra de maíz.
La OCEZ Casa del Pueblo explicó que la decisión de levantar el plantón en algunos puntos no provino de la Asamblea General, sino que fue tomada por los propios barrios. Ante la falta de respuesta por parte de los gobiernos federal y estatal para resolver el conflicto agrario en la comunidad Casa del Pueblo, que afecta a más de 18 mil hectáreas en controversia con la Alianza San Bartolomé de los Llanos, los campesinos decidieron reanudar sus labores agrícolas.
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El bloqueo, que se inició el 31 de mayo, fue acompañado por otro plantón que se instaló en Tuxtla Gutiérrez por la OCEZ Región Carranza, que duró hasta el día 10 de junio de este año.
Los comuneros de Venustiano Carranza, a través de sus voceros, han dejado claro que su exigencia sigue en pie. Solicitan la intervención de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano; la Procuraduría Agraria; el Registro Agrario Nacional y el gobierno estatal para resolver el conflicto agrario. Además, hacen un llamado al cese de la agresión por parte de grupos armados y reiteran su solicitud de establecer una mesa de negociación con las autoridades estatales, al tiempo que piden que la protesta social no sea criminalizada.
Los campesinos de Venustiano Carranza advierten que mantendrán su lucha por la tierra y la defensa de su territorio. Su principal objetivo es proteger los Bienes Comunales de Venustiano Carranza y asegurar la preservación de las más de 18 mil hectáreas de tierras comunales que están en disputa.
Hasta el momento, las autoridades no han emitido un comunicado oficial en respuesta a la decisión de la OCEZ Casa del Pueblo de levantar los bloqueos, lo que mantiene la incertidumbre sobre el futuro de la resolución del conflicto agrario en la región.