"La cafeticultura, una de las principales actividades de la agricultura en Chiapas requiere una atención justa del Estado Mexicano, lleva aproximadamente tres décadas de abandono no obstante que de la cadena productiva dependen poco más de un millón de personas", expuso el diputado local Juan Manuel Utrilla Constantino, vicepresidente de la Comisión del Café del Congreso del Estado.
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En Chiapas existen unas 300 mil familias que cultivan café en 88 municipios de Chiapas, alcanzando un volumen de entre un millón 250 mil a un millón 400 mil quintales por ciclo productivo, aunque los precios en los mercados internacionales no son lo justo, en la actualidad oscila en los 180 dólares el quintal de cien libras, a veces es mayor, a veces menor.
"El café es identidad, genera arraigo y cultura, lamentablemente en el estado bajó el consumo interno, los más afectados son los productores del sector social que se encuentran en la mayor desventaja, el 90 o 95 por ciento de la superficie corresponde al sector social y las superficie dedicadas a los cultivos van desde media hectárea a cinco hectáreas, el promedio de las parcelas cafetaleras es de 2 hectáreas y los procesos de transformación son artesanales", explicó en entrevista.
A partir del sexenio de Carlos Salinas de Gortari cuando desapareció el Instituto Mexicano del Café y el Banrural, la suerte del sector cafetalero cambió, esperamos que el ahora gobernador electo Eduardo Ramírez Aguilar a partir del 8 de diciembre pueda cambiar el destino del sector, sobre todo porque se necesita estabilidad social y esta actividad puede ser fundamental para ello, insistió el legislador por el Partido Verde Ecologista de México.
El diputado de Yajalón, zona cafetalera del norte de Chiapas, admite que se necesita llevar más apoyos a los productores de café, actualmente los productores trabajan por su propia cuenta ante la falta de apoyos gubernamentales, ellos mismos trabajan en la generación de plantas y renovación de cultivos, también en materia de sanidad y mantenimiento de plantaciones, hace falta tecnologías en los campesinos y hay que defender los precios justos del grano aromático.
Plantea la posibilidad de negociar con las grandes empresas compradoras o comercializadoras de café para que puedan apoyar con plantaciones, la captura de carbono y el pago por servicios ambientales, se trata de ser más competitivos porque la Bolsa de Valores de Chicago en Estados Unidos de América rige los precios internacionales, por ello el sector social requiere la mayor atención.
Sostiene que ahora sí desde el Congreso del Estado se escuchará la demanda de las y los productores de café, se trata de que haya proyectos gubernamentales que les beneficie, de que al campo cafetalero le vaya bien pero que las instituciones públicas les abran las puertas.
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