Inmobiliarias trabajan en conjunto con dependencias de gobierno relacionadas con el sector vivienda para crear mecanismos que reemplacen al subsidio, dinero que la administración pública federal aportaba para que una persona completara la suma requerida para comprar una casa. Por el principio de austeridad imperante, en este sexenio los fondos para ese fin fueron reducidos al mínimo.
El presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Promoción y Desarrollo de Vivienda (Canadevi), delegación Chiapas, Jorge Burguete Torrestiana, dijo que las empresas agremiadas valoran otorgar financiamiento con tasas de interés reducidas. Una segunda alternativa -afirmó-, es que los asociados apliquen descuentos en los precios finales.
“Ahí (en el segundo caso) implícitamente estaríamos generando un subsidio y vaya que se podría y se deberá dar, siempre y cuando en esa fórmula organismos, como el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores pudieran entrar en el financiamiento”, aseveró.
Refirió que en este ejercicio no sólo el gobierno federal limitará el otorgamiento de créditos hipotecarios o el capital monetario, también la iniciativa privada a través de la banca. Con ello, aseguró, las inmobiliarias comprendieron que el modelo de negocios debe cambiar.
“Debemos hacer una reestructuración de las ideas. El modelo cambió y si nosotros queremos seguir haciendo lo mismo, no vamos a poder hacer mucho. Hay que buscar fórmulas innovadoras en las que participemos todos”, puntualizó.
La Canadevi informó que Chiapas requiere 150 mil hogares para cubrir su demanda del sector (ciudadanos que quieren una morada y disponen de un préstamo aprobado) y 860 mil para superar su rezago (población que necesita una residencia sin importar que tenga o no un crédito autorizado).
Durante 2018, en el estado el costo de las casas compradas vía crédito aumentó 8.8 por ciento, apenas unas décimas por debajo del promedio nacional, pero 3.4 por ciento mayor en comparación con 2017. Chiapas volvió a la tendencia alcista en la materia después de la desaceleración ocurrida en el año precedente. Esto fue derivado principalmente por la sobrevaloración de los inmuebles de los segmentos medio y residencial, de acuerdo con la Sociedad Hipotecaria Federal.