La temporada de lluvias en Tuxtla Gutiérrez abarca de mayo a la segunda semana de octubre, siendo los meses más lluviosos junio y septiembre. Es la urbanización que sustituye calles empedradas con concreto lo que ha causado aumento significativo de temperaturas y cambio drástico en el clima con una precipitación pluvial que oscila en los 900 ml anuales lo que a su vez ha aumentado la velocidad en los escurrimientos naturales convertidos en calles.
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En Chiapas se considera que casi el 60 % era superficie forestal, pero en los últimos 50 años hemos perdido el 50 % de esa cobertura y una de las ciudades que ha perdido de manera acelerada sus bosques es Tuxtla Gutiérrez al aumentar su infraestructura gris.
De acuerdo con el Programa Estatal para el Manejo Integral del Fuego en el acumulado de hectáreas perdidas por lo incendios tenemos el lugar número uno del país, al haber perdido un millón 300 mil hectáreas, tan solo el Cerro Mactumatza, en el sur de Tuxtla Gutiérrez, este año hemos perdido más de 300 hectáreas por los incendios.
En un estudio la cuenca del río Sabinal que abarca parte de Tuxtla Gutiérrez y Berriozábal menciona que entre 1992 y 2009 la población se duplicó, los suelos desnudos sin cobertura aumentaron un 70 % y los asentamiento humanos aumentaron un 63 %.14 años después el incremento de la mancha urbana sigue en aumento y hay una fuerte presión sobre la zona de bosques colindante con el Parque Nacional Cañón del Sumidero.
De acuerdo con la bióloga Cynthia Reyes Hartdmann, representante de la asociación civil Tierra Verde Naturaleza y Cultura, en el 2008 Tuxtla Gutiérrez tenía un déficit de 3 mil 410 hectáreas de bosques, correspondiente a un 10 % de su territorio y señala urgencia de contar con un plan forestal para recuperarlas.
“El aumento del concreto modificó el cambio climático, la sombra de un árbol puede disminuir hasta 20 grados la superficie, por lo que es de suma importancia recuperar la cobertura forestal de la ciudad, para también disminuir la velocidad de los escurrimientos por lluvias en la capital de Chiapas”, explicó.
Tuxtla Gutiérrez se encuentra rodeada de Áreas Naturales Protegidas de carácter estatal y federal, en la zona sur se localizan las que están sujetas a conservación ecológica como el Cerro Mactumatzá; el Corredor Cerro Mactumatzá Meseta de Copoya, y en la zona norte en el Parque Nacional Cañón del Sumidero está el Centro Ecológico y Recreativo El Zapotal, todos impactados por el cambio de uso del suelo y la incorporación de calles a zonas con vocación forestal.
En el Parque Nacional Cañón del Sumidero, existe un total de 91 colonias irregulares ubicadas en 2 mil 500 hectáreas en lo que son más de 6 mil 500 lotes, donde poco más de 51 mil personas afectaron el macizo forestal, desde Loma Larga hasta los límites de Tuxtla Gutiérrez con San Fernando. Aquí la zona de bosque se convirtió en calles, en concreto y con ello, los escurrimientos tienen mayor fuerza, principalmente en los provenientes del norte a la zona baja de Tuxtla Gutiérrez.
Reyes Hartdmann precisa que en el sur los centros urbanos que eran pequeños han crecido enormemente, por ello en las colonias El Jobo y Copoya hay una elevada pérdida de cobertura forestal y se ha perdido gran cantidad de recurso hídrico.
Dijo que la tendencia es a destruir más los recursos naturales y seguir con la ampliación de la mancha urbana de manera desordenada, y nadie le da a saber a la gente que está mal. El crecimiento de zonas de concreto causa gran impacto a los escurrimientos por lluvias, lo que fue el ejido Francisco I. Madero desapareció y ahora es ciudad, externó
“Al no haber bosques y tener cada vez más concreto en la zona urbana el impacto de las lluvias es fuerte porque los escurrimientos no alcanzan a ser administrados en las calles y las aguas rebasan las banquetas, la expansión de la marcha urbana es imparable, el concreto es cada vez más amplio y los escurrimientos por lluvias son incontrolables, causando afectaciones”, explicó.
El secretario de Protección Civil de Tuxtla Gutiérrez, Eder Fabián Mancilla Velázquez, dijo que en la capital existen más de 170 Comités Comunitarios de Protección Civil para capacitar a la población sobre los riesgos.
“Tenemos que identificar los grandes escurrimientos en las calles por los cambios de uso del suelo, al no haber permeabilidad en las partes altas de los cerros en el lado norte y el sur los escurrimientos son mayores, al haber más pavimentación de calles hay menos permeabilidad del agua y los escurrimientos generan una saturación de los cuerpos de agua potable y por la topografía de Tuxtla Gutiérrez, existe posibilidades de desborde de los 23 arroyos que desemboca al río Sabinal y este en el río Grijalva”, admitió.
Al ubicarse la ciudad en medio de los cerros Mactumactzá y el Parque Nacional Cañón del Sumidero, las lluvias generan corrientes (escurrimientos) con gran fuerza, recientemente se registró el fallecimiento de una dama que fue arrastrada por la corriente del agua de lluvia, en temporada de lluvias en la capital van cinco decesos por los arrastres de personas debido a los fuertes escurrimientos, la conducta humana es muy importante no arriesgarse, enfatizó.
Por el Colectivo Menos Puentes Más Ciudad, Joselinn Omar Díaz Torres, dijo que la subcuenca del río Sabinal alimentada por 23 microcuencas que provienen de las montañas y cerros donde se ha deforestado y donde se ha cambiado el bosque por el concreto a través de las calles, los escurrimientos más fuertes vienen del Parque Nacional Cañón del Sumidero que al transitar por calles y no haber capacidad de filtración aumenta el riesgo de desbordamiento de los afluentes y en este año llevamos cinco pérdidas de vidas humanas que han sido arrastradas por las fuertes corrientes, ha crecido la zona urbana y el concreto ha sustituido al bosque.
El ambientalista insiste en que los cambios del uso han sido muy aceleradas con el consentimiento del Estado Mexicano que en lugar de procurar un ordenamiento territorial se ha generado un caos. “Protección civil no solo debe responder ante un hecho, sino prevenir y no hemos aplicado la resiliencia, cada año la sociedad sufre las consecuencias de la mala planeación hídrica. Los 23 arroyos están acotados en sus márgenes por construcciones, casas han sido construidas sobre muro de gaviones y tienen que ver en gran medida la corrupción por la invasión en los flujos de agua y en el centro de la ciudad los grandes escurrimientos se convierten en una arma mortal”, señaló.
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