Los casos de acoso escolar o “bullying”, como se le conoce actualmente, han existido siempre, sin embargo, éstos no eran denunciados como se hace ahora, cuyo medio es las redes sociales, donde continuamente pueden verse fotos o videos; por ello, la tendencia de este fenómeno parece aumentar.
El objetivo actual entre los jóvenes es grabarse mientras se pelean, para ser reconocidos como los más fuertes dentro de las escuelas y, al mismo tiempo, ser respetados; no obstante, estos “juegos” de poder afectan tanto físicamente como sicológicamente a la víctima.
Es bien sabido que el “bullying” es el maltrato físico y/o sicológico deliberado y continuado que recibe una persona por parte de otra u otras, que se comportan con ella cruelmente con el fin de someterla y asustarla; es una repetición continuada de las burlas o las agresiones y puede provocar la exclusión social de la misma.
Algunas de las características comunes de estas agresiones, se enfocan en burlas, amenazas, golpes físicos y aislamiento sistemático; estas acciones pueden dar como resultado que la víctima desarrolle miedo y rechazo al contexto en el que sufre la violencia (el colegio, por ejemplo); pérdida de confianza en sí mismo y en los demás y disminución del rendimiento escolar, además de disminuir la capacidad de comprensión moral y de empatía del agresor, en tanto se produce un refuerzo de un estilo violento de interacción.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, México ocupa el primer lugar a nivel mundial en casos de este asunto, lo que es sumamente preocupante; refiere que siete de cada 10 niños de primaria y secundaria han sido martirizados.
Ante esta situación, los docentes son quienes deben capacitarse para atender estos hechos, ya que muchos de ellos desconocen las cusas y consecuencias de tales acciones; por lo que, únicamente las catalogan como travesuras sin sentido cuando existe ya un alto grado de violencia en menores.
Por ello, la importancia de educar primeramente a los maestros para que éstos sepan cómo identificar casos de acoso, saberlo manejar y evitarlo en los salones de clases.
Una de las instancias que ha hecho foros para prevenirlo, ha sido el Sindicato Nacional de los Trabajadores del Estado Sección 40, mediante el foro Ideales de la Apariencia “Encontrando el valor en mí”, el cual tiene como prioridad reforzar los temas de valor y amor propio entre los profesores para después replicarlo con sus alumnos.
Omar Náfate López, neuropsiquiatra Infantil, señaló que el acoso escolar no es más que los síntomas de los problemas hogareñas, “hay dos actores principales que son los trastornos de conducta o el déficit de atención como la ansiedad y depresión, regularmente es generado dentro de una familia con diferentes alteraciones, una disfunción familiar”.
La población vulnerable a las persecuciones escolares es principalmente aquella que sufre de alguna discapacidad; Nafate López detalló que en promedio son atendidos 100 pacientes y de éstos del cuatro al seis por ciento sufre algún tipo de acoso.
Las conductas que un pequeño adopta como resultado de su estado de ánimo es: aislamiento, incumplimiento con las tareas escolares, inexpresión de las emociones, irritabilidad, insomnio o falta de apetito.
“Lo primero es que los padres o maestros se den cuenta y escuchen a los niños, y después hacer un diagnóstico de fondo, entonces tienen que buscar ayuda sicológica o con otro especialista que se dedique a ver los trastornos afectivos”.
De no atenderlos a tiempo, algunos pequeños llegan a suicidarse, principalmente a la depresión que han acumulado durante el tiempo que fueron dañados; cifras alarmantes indican que son niños de ocho a 15 años los que toman esta drástica decisión.
UN CASO RELEVANTE
Uno de los múltiples casos de “bullying” en el estado y además de los más actuales es el de César, quien a los seis meses fue detectado con una discapacidad visual, conocida técnicamente como “ceguera congénita”, a raíz de este padecimiento sus compañeritos le hacían diversas maldades e incluso hasta robarle o extorsionarle.
En entrevista, el padre del menor de nombre Gamaliel Cruz Pérez y de oficio mesero, narró que, la situación sobre el “acoso escolar” es de lo más difícil que ha atravesado en su vida, pues es doloroso el hecho de que un hijo no sea feliz en sus actividades colegiales y tenga que buscar otra academia en donde exista la tolerancia y también los valores.
“Entiendo que una institución educativa no tiene toda la responsabilidad de las acciones o los caminos con los que se conduzcan los alumnos, es una responsabilidad también de los padres quienes tienen que platicar con sus hijos, escucharlos y hacerlos cambiar en pensamiento.
”Principalmente, he escuchado de casos de desintegración familiar que finalmente afectan al hijo y éste a su vez se proyecta en un salón de clases, donde los jóvenes toman conductas violentas y terminan por golpear o lastimar a la persona más vulnerable”, comentó Gamaliel.
Tras los actos de acoso, la familia de César acudió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, quienes giraron una recomendación a la Secretaría de Educación y éstos atrajeron el acontecimiento, donde formularon así el expediente de queja número 625.
Ahí, los padres del menor manifestaron que los ayudaran a conseguir una institución educativa en donde su vástago pudiera desenvolverse profesionalmente y sin que corriera peligro su persona; asimismo, le dieran libros con el sistema en braille.
La secretaria de Educación del Estado de Chiapas, Rosa Aidé Domínguez Ochoa, aseveró que buscará darle seguimiento al proceso y brindar su total respaldo; aunque, hasta el momento César no tiene definido el colegio al que asistirá sólo que está seguro de que no volverá a pisar la Escuela Secundaria Número 02 (Prevo).
“Sería un riesgo terrible que fuera nuestro hijo a la Prevo y los mismos muchachos lo agredieran o incluso lo hirieran de una forma irreparable; por eso ya no queremos que asista ahí –incluso–, nosotros no guardamos rencores con los responsables de este delicado caso, sabemos que esos chicos están pasando por situaciones graves o críticas en sus hogares, por eso toman ese tipo de conductas”, agregó Cruz Pérez.
Además, los padres de César mencionaron que, durante clases, éste llegaba como oyente, pero los catedráticos al hacer las evaluaciones siempre le ponían nueve o 10 de calificación, sin que existiera un examen riguroso; lo que dejaba muchas dudas sobre los resultados.
“No queremos que nuestro hijo cause lastima, lo que queremos es que aprenda y sea evaluado de acuerdo con sus capacidades”, puntualizó la madre de César.
Por otro lado, la familia del menor ha señalado que, a pesar de la discapacidad que sufre su hijo, nunca lo ha detenido o impedido cumplir sus anhelos, siempre los ha alcanzado o buscado; a pesar de todo ese daño, su moral está en pie.
“Nuestro pequeño lleva cursos de piano, va a natación, tiene un canal en YouTube que se llama ‘de todo un poco Cruz’ y aún le quedan energías para estudiar y levantarse con las mismas ganas de disfrutar la vida, hasta tiene pensado crear una fundación en contra del “bullying”, por lo que, lo estamos planeando aún, para ayudar a los niños que sufren este problema en las escuelas, orientarlos y, sobre todo ayudarlos.
Son planes y será cuestión de César si se lleva a cabo, aunque la verdad no estaría mal efectuar esta fundación, pues es necesario platicar con los educandos y tratar de orientarlos para que un aula educativa sea incluyente”, finalizó Gamaliel.
Este medio de comunicación acudió a las instalaciones de la Prevo, sin embargo, tanto el Director como el Subdirector del turno vespertino, no quisieron dar la cara y tampoco dar su versión sobre lo sucedido; por lo que la institución educativa mantuvo hermetismo en torno a este caso.