Una de las grandes artesanías de Chiapas es el ámbar. De esta resina fósil se pueden elaborar más de mil tipos de piezas, y es el producto del catálogo artesanal que más identifica al estado. La cadena productiva comienza con la extracción de la resina en las minas de Simojobel de Allende, en el norte de la entidad. Luego, los artesanos tallan la resina, y el tamaño de la pieza en bruto extraída determina la forma de la pieza final.
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Un kilogramo de ámbar extraído tiene un precio que oscila entre 3 mil 500 y 6 mil pesos, dependiendo de la tonalidad de la resina y de si tiene o no fracturas. Durante su transformación en joyas, el volumen disminuye debido al desgaste, y las piezas alcanzan un valor de entre mil 500 y 5 mil pesos en el comercio, dependiendo del montaje que puede ser hilo, plata, acero inoxidable, piel, o según la creatividad de cada artesano.
Karla Mendoza, una artesana de la Plaza Artesanal Maya en Tuxtla Gutiérrez, comenta que, de la diversidad de artesanías, el ámbar le da mucha identidad a Chiapas. Sin embargo, lamenta que los consumidores aún no paguen el valor económico justo de las joyas, persistiendo el regateo. Aunque no es ideal, a veces los artesanos bajan el precio de sus piezas para lograr una venta.
La pieza artesanal más barata de ámbar se vende a 70 pesos, mientras que la de mayor valor en exhibición esta semana cuesta 6 mil pesos. Algunas esculturas alcanzan precios de 40 mil o 50 mil pesos, y ciertos collares llegan a 10 mil o 15 mil pesos, dependiendo del diseño y el montaje, así como del tono del ámbar.
En Tuxtla Gutiérrez, las joyas de ámbar tienen una gran demanda. Karla Mendoza pasa horas analizando el ámbar con una lupa, fascinada por sus incrustaciones naturales debido a los años de fosilización. Su pasión por la transformación del ámbar ha sido parte de su vida desde pequeña, comenzando formalmente en la cadena productiva a los 20 años. Ahora, con 43 años, está dedicada plenamente al ámbar, junto a su esposo en la empresa Sergio Moreno, ubicada en la Plaza Maya en la capital de Chiapas.
Las mejores épocas para la venta de joyería de ámbar son las vacaciones de verano y diciembre, cuando las ventas aumentan significativamente. Esta temporada es crucial para recuperarse de las bajas ventas durante el resto del año. Sin un porcentaje estimado de incremento, cualquier aumento en las ventas es bienvenido, permitiendo a los artesanos invertir más y elaborar más piezas para Chiapas, México y el mundo.
Cada pieza trabajada es una emoción diferente, una nueva aspiración de promoción y venta. La creación es única y la meta siempre es vender, manteniendo el ámbar como la joya de Chiapas, deseando que esté siempre en la mente y el corazón de los visitantes locales, nacionales e internacionales.